México D.F. Viernes 25 de junio de 2004
Presenta la exposición La sombra de
los dioses en el Museo de la Ciudad de México
El arte plumario de los amantecas está en peligro
de desaparecer, alerta Eliseo Ramírez
ARTURO JIMENEZ
El arte plumario de los amantecas, de raíces prehispánicas,
está en riesgo de desaparecer por falta de apoyos para su difusión,
la creación de talleres que preparen a nuevos artistas y porque
a la mayoría de los propios creadores no les interesa compartir
las técnicas de esa tradición plástica.
Habla en entrevista el amanteca Eliseo Ramírez
Guzmán, de quien este jueves se inauguró en el Museo de la
Ciudad de México, la exposición La sombra de los dioses.
El arte de la plumaria. Entre las 14 piezas de la muestra destacan
tres chimallis, escudos o rodelas como las que portaban los guerreros aztecas,
otra es un cuchillo ceremonial parecido al que se exhibe en el Museo Nacional
de Antropología.
Otras
obras parten de motivos tomados de los códices Nutall o Vindobonencis.
Figura una diosa mexica con enredo, creada para celebrar el Día
Internacional de la Mujer en 2003 y que fue la pieza del mes en el Museo
de las Culturas de Oaxaca.
También, las figuras de dos árboles, ''muy
de la época prehispánica" por su marcado colorido. Además,
una flor representada por una víbora de dos cabezas, ''como útero
femenino".
Entre las imágenes de Ramírez Guzmán
hechas con plumas de diversas aves se incluyen varios caballos tomados
de tintas chinas del pintor de ese país, Niu-Beihong, así
como un Quetzalcóatl tomado del códice Magliabecchi.
La designación de amanteca, cuenta, es el gentilicio
de Amatlán, barrio prehispánico donde residían los
especialistas en plumaria y que aún conserva el nombre en la delegación
Azcapotzalco.
Este artista mexicano ha expuesto en recintos de la ciudades
de México y Oaxaca, así como en la Casa de la Comunidad,
en Zonhoven, Bélgica.
Arte, no artesanía
''Como artista estoy luchando para que el arte plumario
sea reconocido como arte, pues hasta el momento sólo se le ve como
artesanía. Y ni así, porque en las muestras el arte popular
mexicano no figura."
Ramírez se ha percatado, dice, que el arte plumario
está en riesgo de desaparecer y calcula que en el país sólo
existen cerca de 20 personas que lo trabajan con rigor.
Le preocupa la inexistencia de una organización
de los amantecas de México y crítica que no les interesa
porque prefieren proteger su mercado, en su mayoría ubicado en Europa.
''El ámbito de los amantecas es muy cerrado y lo ven como un asunto
de competencia. Casi nadie comparte los secretos y las técnicas,
cómo conseguir las plumas o cómo pegarlas."
Para Ramírez Guzmán, ''el arte plumario
es algo muy hermoso y sería importante como pueblo mexicano conservar
una tradición de este tamaño".
Y recuerda que en la época prehispánica
el fin principal de esta labor era decorar las armas para el arte de la
guerra: lanzas, dardos, cervantanas o los emblemas de los trajes de los
guerreros.
En ocasiones los amantecas hacían algunos cuadros
a partir de los dibujos de los tlacuilos para darles el color con su diversidad
de plumas. Con la llegada de los españoles, continúa, pidieron
a los artistas de las plumas que decoraran imágenes religiosas para
la evangelización.
El consigue su materia prima con particulares que tienen
aves o en zoológicos, para lo cual deben conocerse las fechas de
cambio de plumas de pavorreales, patos, cardenales, canarios, garzas, flamingos,
colibríes, pericos, periquitos australianos y muchas más.
En México hay 750 aves clasificadas, dice.
Ramírez Guzmán trabaja en tres áreas:
creando su obra artística y vendiéndola, dando conferencias
para difundir este arte y organizando cursos o talleres.
Para ello ofrece el teléfono 5485-7620 y el correo
electrónico [email protected], así como su dirección:
Tlalnepantla 345, San Mateo Xalpa, Xochimilco, por la carretera a San Francisco
y el Reclusorio Sur.
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