EUROPATADAS

Rubén Montedónico

Portugal: Ricardo, Postiga y más...

AYER EN LISBOA la fortuna se portó bien e inclinó la decisión final hacia aquel que había hecho más y mejor durante 120 minutos de juego. Con el arquero Ricardo -que paró un penal y convirtió el definitivo- y Postiga -hizo el tanto luso para el empate a los 82 y lanzó un sexto tiro de castigo de infarto-, los anfitriones se erigieron en justos ganadores sobre una Inglaterra de poco lustre y peor suerte.

LOS ISLEÑOS comenzaron con lo que se llama un "gol de vestuario" producto de la combinación, al minuto dos, de un garrafal error del defensa Costinha y un elegante giro de Owen que, de cachetada, la mandó al fondo del arco.

DESPUES sobrevinieron 80 minutos en que los ingleses jamás justificaron la superioridad en el marcador: su mejor jugador fue el lateral izquierdo Cole -que secó a la estrella portuguesa Cristiano Ronaldo-, en una línea defensiva comprimida en general a jugar sacando agua del pozo, pateando "de punta y pa'arriba" y entreverada con las piernas de sus medios, también empujados hacia su extrema defensa.

PORTUGAL HIZO mucho y de buena forma: asimiló el gol tempranero, empujó y metió físico para imponer condiciones de media cancha para arriba, y en delantera exhibió talento personal, dominio técnico y superioridad táctica.

A PESAR DE que no aprovechó los disparos de media distancia con pelota detenida, siempre demostró ser más que el rival y, al final -a pesar de los cambios errados de Luiz Felipe Scolari- logró empatar: "tanto va el cántaro a la fuente... que al final aprende a ir solo" se puede afirmar trasmutando el refrán.

EN TIEMPOS EXTRAS, a los 109 y 114 minutos anotaron sucesivamente Rui Costa y Lampard, obligando a la tanda de penales y luego a la "muerte súbita".

BECKHAM, A QUIEN sabe por qué su técnico mantuvo en la cancha -no pasó desapercibido: fue un "agujero negro" en la alineación- repitió frente a Ricardo el numerito que había protagonizado ante Francia y le erró por varios metros al arco en el primer penal inglés de la serie definitiva.

LOS SUBDITOS DE Isabel II marcaron una constante en este campeonato: en los partidos que duelen, iniciaron ganando y sostuvieron la ventaja hasta el final, cuando cayeron vencidos.

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