Evidentes intentos de manipular marcha contra el hampa

Monsiváis: frenaron ciudadanos a la derecha desestabilizadora

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

La solidaridad de los habitantes de la ciudad de México y su "decisión de trascender el miedo y oponerse en compañía a los asaltos y secuestros" neutralizó la intención de la derecha de aprovechar la marcha del domingo contra la inseguridad para incorporarla a su acción desestabilizadora, manifestó el escritor Carlos Monsiváis ante el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y agregó: "el éxito de la marcha no le corresponde al amarillismo y al cacerolismo, sino a las vertientes de la voluntad ciudadana".

Si bien reconoció en su discurso, al recibir el Reconocimiento Ciudad de México del gobierno capitalino, que hubo evidentes intentos de manipulación, éstos no produjeron una mayoría de manipulados: "Se marchó porque así se quiso", añadió, y distinguió también que con dicha movilización "se probó el poder de convocatoria de los medios".

En entrevista previa, cuestionado sobre el plan contra la inseguridad que anunció el presidente Vicente Fox Quesada, Monsiváis recordó que el gobernante, al tomar posesión en el año 2000, instaló el Consejo de Seguridad, prometió e hizo toda suerte de ofrecimientos, pero "casi cuatro años después vemos que esto no ha cundido".

Así, se trata de una segunda oportunidad tanto para el jefe del Ejecutivo como para el Consejo Nacional de Seguridad, que espera "por lo menos sea mínimamente aprovechada".

Hizo un balance de lo que han sido los gobiernos de Fox y López Obrador. En el primer caso, decidió remitirse a la opinión de un panista, Carlos Medina Plascencia, "quien habló de la profunda desilusión que ha causado el gobierno de Fox. ƑCómo voy a mejorar yo la opinión de un panista?"

Por lo que respecta a la administración local, manifestó que "uno como ciudadano exige y demanda razonadamente que hubiera más objetividad en muchos programas, entre ellos el de seguridad". Más tarde apuntó que López Obrador ha hecho lo posible pero ha cometido errores, los cuales tiene que superar sobre la marcha, porque se lo exige el puesto, su condición de gobernante de izquierda y su trayectoria.

Uno de esos errores, insistió, fue la "mala lectura de la marcha". En su discurso, el cronista hizo la siguiente advertencia: "en la crisis, la ciudad de México vive un proyecto de reconstrucción sicológica, cultural, moral y política. Una marcha no hace verano, pero la lucha por el destino de la urbe sí. Si la izquierda quiere abandonar la condición incierta y partenogénica necesita proyecto, reflexión teórica y respeto por su historia, llena de los momentos extraordinarios que sustentan muchísimo de lo mejor de nuestras visiones republicanas y libertarias de la ciudad".

Derecha e izquierda

Antes reconoció a la capital como "el primer espacio de tolerancia del país, el ámbito por excelencia de la vida literaria y artística, ahí donde se afama el joven Ignacio Ramírez al manifestar, en su discurso de ingreso a la Academia de Letrán, su adhesión a la ética autosustentable, forma políticamente correcta de mencionar el ateísmo, y ahí donde acuden los cientos de miles que buscan deshacerse de las opresiones moralistas de la provincia y quieren vivir o pensar distinto".

Continuó así el repaso de la historia de la ciudad y sus significados. De Ernesto P. Uruchurtu y Miguel Alemán al movimiento estudiantil de 1968, "el acontecimiento más importante de la segunda mitad del siglo XX mexicano", a la llegada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional al Zócalo.

"Ciudad de lo diverso y lo múltiple", distinguió. Y de aquí la pregunta: "ƑQué es la derecha y qué es la izquierda?" Y respondió sin dudar:

"Hoy, en México, la derecha es la defensa de lo indefendible: del Fobaproa a la negación de los derechos reproductivos de las mujeres; de la hipocresía homofóbica en torno al sida y el condón a la persecución de los jóvenes; los 14 presos en Guadalajara; de la exigencia de pena de muerte al aprecio por la ley del talión y su variedad de linchamientos; del proyecto fracasado del oscurantismo presupuestívoro como El Yunque; del rechazo de la píldora del día siguiente a la oposición de la ley de las sociedades de convivencia."

Por esto y otras razones "la derecha es inequívoca. En cambio, la izquierda sólo se advierte con nitidez en la lucha contra la desigualdad, en las batallas culturales contra el prejuicio, en la reivindicación de la dignidad y el valor del trabajo. Las cifras del salario mínimo son la gran valoración empresarial de los seres humanos. Pero de la izquierda abruman el sectarismo, el culto a las cenizas de la mentalidad estalinista, la reticencia a deslindarse de la violencia armada, todo lo que ahora, gracias a las cóleras de la ultraizquierda, le obstaculizan su camino al Zócalo, ese macro Chalma de la simbología cívica".

Al final, agregó: "sólo me atengo a mi convicción: la estupidez, la intolerancia y el espíritu de saqueo de la derecha facilitan siempre el situarse del lado justo, aunque eso, desde luego, sea sólo el punto de partida".