México D.F. Sábado 3 de julio de 2004
Actuaría por consigna
y no conforme a derecho, expresan
Temen activistas que juez avale extradición
de vascos
Rosario Ibarra y Gilberto López prevén
el fallo para la próxima semana; denuncian irregularidades en el
proceso
BLANCHE PETRICH
La próxima semana el juez segundo de distrito en
procesos penales, César Flores, decidirá si procede o no
la extradición a España de seis ciudadanos vascos reclamados
como ''presuntos colaboradores'' del grupo armado ETA. ''Y mucho nos tememos
-expresaron ayer en conferencia de prensa Gilberto López y Rivas
y Rosario Ibarra de Piedra- que vaya a actuar por consigna y no conforme
a derecho''. Si la decisión del magistrado se inclina por recomendar
a la Secretaría de Relaciones Exteriores la extradición de
los detenidos, será un fallo "ilegal e ilegítimo", afirmaron.
Los dos activistas, solidarios con el movimiento que se
ha creado para evitar la entrega, sin fundamento legal, de independentistas
vascos a la justicia española, expresaron estar ''profundamente
preocupados'' por la dirección que pudiera tomar el fallo del juez
Flores. ''Por las actuaciones que hemos conocido del proceso hasta ahora
hemos visto que el magistrado ha tenido una actitud facciosa; que sus decisiones
no están regidas por el derecho sino por un planteamiento político
que responde a necesidades del Estado mexicano de subordinarse a los intereses
del gobierno de España''.
María
Asunción Gorrotxategui, Juan Carlos Artola, Ernesto Alberdi, Félix
Salustiano García, José María Urquijo y Asier Arronategui
-este último naturalizado mexicano- fueron detenidos en julio del
año pasado en operativos de la Agencia Federal de Investigación
en cinco estados, a petición de la justicia española, que
los acusa de asociación ilícita e integración en banda
terrorista, "allegamiento" de fondos con fines terroristas, blanqueo
de capitales procedentes de actividades terroristas y falsedad documental.
Junto con ellos fueron detenidos tres mexicanos, Pilar
Sosa, Pedro Ulises Castro y Noé Camarillo. Después de 50
días de arraigo en el primer caso y 90 en los otros dos, los tres
fueron liberados sin cargos, ya que no se les pudo probar lo señalado
en la acusación.
Los vascos, sin embargo, siguen presos por los mismos
cargos que fueron anulados en los primeros casos.
Violaciones a las garantías individuales
Ante la inminencia de un fallo, Ibarra de Piedra y López
y Rivas señalaron que conforme al seguimiento que han hecho del
trabajo de la defensora de los vascos, Bárbara Zamora, se han podido
documentar diversas irregularidades a lo largo del proceso, empezando porque
los seis fueron detenidos en el mayor operativo sincronizado de
su tipo, sin que la policía contara con una orden de arresto.
Por su parte, Víctor Monroy, concuño de
uno de los detenidos, Félix García, sostuvo que los familiares
de los procesados no tuvieron la oportunidad de un juicio justo. "Nos pusieron
muchas trabas. No se han respetado todos los derechos que ellos deberían
gozar. Ellos tendrían que estar libres, no a punto de ser entregados
a un sistema judicial que se sabe que tortura a los detenidos del País
Vasco''.
Rosario Ibarra insistió en que a lo largo de este
año los seis han permanecido en prisión al margen del estado
de derecho. ''La prueba está en que a los mexicanos que acusaron
de lo mismo, en la misma causa, los tuvieron que dejar libres por falta
de pruebas''.
López y Rivas, a su vez, expresó que tiene
''poca confianza'' en el criterio que pueda aplicar en este caso el canciller
Ernesto Derbez, quien tiene la última palabra sobre la extradición.
''Es, con mucho, el secretario de Relaciones Exteriores más ignorante
de la tradición diplomática mexicana que hemos tenido''.
Ambos declarantes señalaron que su activismo en
favor de los independentistas vascos es un compromiso congruente con la
tradición de solidaridad y asilo de los mexicanos. "Ahora hasta
eso nos quieren arrancar", acotó Rosario Ibarra.
López y Rivas se refirió al sometimiento
de los gobiernos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox a las políticas
de represión de España contra el independentismo vasco, "que
no es lo mismo que luchar contra el terrorismo".
Recordó cómo en la administración
de José María Aznar España distorsionó el combate
a la violencia de ETA y extendió la criminalización y persecución
a todas las expresiones independentistas, llegando incluso a clausurar
periódicos e ilegalizar organizaciones de derechos humanos,
hasta la proscripción del partido de izquierda vasca Batasuna.
''El gobierno mexicano ha sido un colaboracionista puntual
y obediente a esa línea. De esta forma permite la operación
ilegal en territorio mexicano a la policía española y ha
estigmatizado a la colonia de vascos radicados en México como terroristas".
Además, defendió el derecho de los vascos independentistas
emigrados a México, muchos de ellos por ser perseguidos en su país,
a expresarse políticamente con libertad en torno al diferendo vasco-español.
"Porque también han querido atajar la libertad
de expresión sobre este tema en México", añadió.
"Es el caso de una revista de la derecha ilustrada -Letras Libres- que
ha tratado de estigmatizar a quienes nos solidarizamos con la causa de
la autodeterminación de Euskadi, llamándonos "proetarras"
y "promotores del tiro en la nuca". Agregó: ''Nuestra postura ha
sido clara y explícita: no es en favor del terrorismo sino en favor
de una solución política y negociada al reclamo de independencia
de muchos vascos".
A lo largo de este año juristas mexicanos han presentado
alegatos en contra de la entrega de estos presos a España. Incluso,
un amparo ganado en febrero determinó que el encarcelamiento de
los seis presos era "violatorio de la legalidad que prevé el artículo
16 constitucional". Según el constitucionalista Samuel del Villar,
en ese momento ''los jueces de amparo y el tribunal debían haber
ordenado su la liberación inmediata", ya que este precepto señala
que nadie puede ser mantenido en prisión si en tres días
no se comprueba la existencia de un delito.
Del Villar, investigador en El Colegio de México,
insiste en que el tratado de extradición y la ley de extradición
con España son inconstitucionales, en la medida en que se oponen
al artículo 116 de la carta magna. Esta ley, reformada en tiempos
de Carlos Salinas de Gortari, establece en casos de extradición
un plazo de 60 días para que las autoridades fundamenten y motiven
la existencia de los delitos y la probable responsabilidad de los detenidos.
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