México D.F. Sábado 3 de julio de 2004
Firman México y Guatemala acuerdo para
la repatriación ordenada y segura
Crece sin control la migración desde la frontera
sur, informan autoridades
Más de 100 bandas de traficantes de personas
en el país; aumentan nexos con crimen organizado
ALONSO URRUTIA ENVIADO
Guatemala, 2 de julio. El flujo migratorio en la
frontera sur mexicana continúa en aumento. Las estimaciones oficiales
anticipan que para este año habrán sido deportados 200 mil
centroamericanos, lo que significaría un crecimiento mayor a 50
por ciento con respecto al año 2003. La cifra se dispara en los
periodos de mayor demanda laboral en Estados Unidos -enero a marzo- y alcanzó
600 por ciento de incremento desde 2002, según se desprende de las
cifras contrastadas por las autoridades migratorias de México y
Guatemala.
Detrás de ello se encuentra el activismo creciente
de las más de 100 bandas de traficantes de personas que operan en
México y siete que lo hacen desde Guatemala, en un fenómeno
cada vez más preocupante por su vinculación con redes de
delincuencia organizada asociada con otros ilícitos, como la trata
de blancas y el contrabando, entre otros, según lo reconoció
el ministro de Gobernación guatemalteco, Arturo Soto.
Tal es parte del diagnóstico compartido por autoridades
migratorias mexicanas y guatemaltecas en el contexto de la firma del Arreglo
de Repatriación Ordenada y Segura. El compromiso bilateral, comentó
la comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Magdalena
Carral Cuevas, también abarca la instrumentación de acciones
para "combatir la trata y el tráfico ilícito de migrantes".
Carral
definió al acuerdo como muestra de congruencia de México
"con nuestras demandas legítimas que hacemos a otros gobiernos sobre
nuestros propios migrantes". Al final del acto, la funcionaria reconoció
el incumplimiento de diversos convenios que México tiene con Estados
Unidos sobre repatriación de indocumentados nacionales.
A su vez, Soto refirió que las bandas de traficantes
se han internacionalizado y asociado con otros delincuentes, de ahí
la importancia de que los gobiernos retomen el tema migratorio, para combatir
su parte delincuencial. El ministro aludió a la operación
de grupos cuyo ámbito abarca desde Estados Unidos hasta Centroamérica,
los cuales son cada vez más organizados y peligrosos.
De ahí la necesidad -dijo- de reforzar la vigilancia
en la frontera para reducir el riesgo de que los migrantes "pudieran caer
en manos de bandas que los exploten laboral o sexualmente, sólo
por mencionar algunos peligros".
Magdalena Carral se refirió, por su parte, a los
informes que tiene el Centro de Investigación y Seguridad Nacional
tiene: en México operan 100 bandas dedicadas al tráfico de
personas. De igual forma, destacó que se ha atacado la vinculación
de personal del INM con estos grupos, como lo muestra el denominado Operativo
limpieza que condujo a la aprehensión de 44 funcionarios.
Quien aludió al crecimiento sustancial de la migración
desde Centroamérica fue el director del área en Guatemala,
Oscar Córdoba, quien estimó que el año terminará
con la deportación de 200 mil centroamericanos, de los cuales la
mitad no sería de aquí. A pesar de que en Guatemala ya no
se puede hablar de que el fenómeno migratorio se concentre en algunos
departamentos, "sino que abarca ya prácticamente todo el país".
Las consecuencias de este aumento en el flujo de centroamericanos
-admitió Carral- se reflejan en la generación de condiciones
de hacinamiento y de dificultades para atender a los indocumentados de
mejor manera, pero se "respetan los derechos humanos". La comisionada dio
cuenta del incremento en periodos de demanda laboral pues de enero a marzo
de 2002 se registraron poco más de mil aseguramientos; en
2003 fueron 5 mil, y en lo que va de 2004 se superaron los 12 mil, esto
es, poco más de 600 por ciento de incremento. Y todo eso con el
mismo personal y presupuesto del INM desde el año pasado.
De igual forma, respondió a los cuestionamientos
de que con frecuencia los indocumentados centroamericanos son conducidos
a cárceles, situación que se da -dijo- en algunos estados,
con cuyos gobiernos se ha buscado la posibilidad de que permanezcan en
instalaciones de otro tipo.
Aunque negó que la Comisión Nacional de
Derechos Humanos haya emitido recomendaciones por violación a las
garantías fundamentales de los migrantes, comentó que no
se puede tolerar que en algunas entidades, donde no hay estancias migratorias,
los indocumentados sean conducidos a prisiones.
Según las autoridades guatemaltecas, el convenio
firmado contribuirá, entre otros aspectos, a combatir la corrupción,
toda vez que ambos países se comprometen también a ordenar
la repatriación de hondureños y salvadoreños que crucen
el territorio de Guatemala. La cifra no es menor: en 2003, de los 176 mil
indocumentados deportados, 89 mil eran originarios de El Salvador y Honduras.
El convenio incluye condiciones preferenciales en la deportación
de mujeres, niños y discapacitados; horarios matutinos para indocumentados
salvadoreños y hondureños; las deportaciones se realizarán
bajo el principio de preservar la unidad familiar.
También se acordó que el convenio será
revisado cada seis meses para corregir inconsistencias, pues se prevé
que esto podría generar mayor permanencia en las estaciones migratorias
e incremento de los costos.
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