.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario   - NUEVO -

E S P E C T A C U L O S
..

México D.F. Sábado 3 de julio de 2004

El deceso, ocasionado por una complicación pulmonar, ocurrió el jueves en Los Angeles

Falleció Marlon Brando, símbolo de la rebeldía e icono de Hollywood

Pese a haber estado en la cima del éxito en su juventud, terminó su vida en bancarrota y con muchas deudas

La actuación es una profesión inútil y vacia, decía; uno de sus roles más memorables fue Vito Corleone

AFP Y REUTERS

Los Angeles, 2 de julio. Idolo de una generación, símbolo de la rebeldía, eterno galán, Marlon Brando, uno de los actores más influyentes e iconos de Hollywood -junto con Marilyn Monroe y James Dean- falleció el pasado jueves a los 80 años víctima de una complicación pulmonar en el Centro Médico de la Universidad de California, entidad donde vivía recluido y endeudado.

En los últimos años varios reportes indicaban que el actor estaba delicado de salud y había sido hospitalizado por neumonía, al punto que en 2001 debió declinar su participación en la cinta Scary movie. El histrión del inolvidable Don Vito Corleone vivió los últimos años encerrado en su casa de Los Angeles, y pese a haber llegado a la cima del éxito durante su juventud, estaba en bancarrota y con muchas deudas.

Brando, el rey del método, re-escribió las reglas de la actuación y, con su impactante sensualidad, redefinió a la estrella masculina de cine.

Decía que sólo había hecho películas para ganar dinero. "La actuación es una profesión inútil y vacía", expresó. No obstante, inspiró a la generación beatnik y a actores rebeldes como James Dean.

"En su presencia había una sensación de emoción, de peligro, pero su mayor encanto radicaba en una especie de engreimiento de niño tosco. Brandon representó una versión contemporánea del estadunidense libre", escribió la crítica Pauline Kael.

Uno de sus roles más memorables fue la interpretación de un capo de la mafia en la saga El

padrino, de Francis Ford Copola.

En los últimos años, Brando siguió ocupando las portadas de la prensa del mundo, pero no por su actuación, sino por las tragedias familiares que atravesó.

"Tenía lo que se puede llamar la combinación perfecta", dijo una vez Rod Steiger, co-protagonista de La ley del silencio. "Tenía un talento increíble, era un símbolo sexual y se negaba a aceptar compromisos. Se convirtió en el líder de una actuación verdadera y realista que nunca habría existido sin él", agregó.

Al morir, Brando "se volvió inmortal", estimó el cineasta italiano Bernardo Bertolucci, quien dirigió al actor en El último tango en París.

"Con lágrimas en los ojos, pienso que muriendo, Marlon se volvió inmortal", escribió Bernardo Bertolucci en un texto que envió en forma espontánea a la agencia italiana Ansa, tras el anuncio de la muerte del actor.

Recordando el rodaje de El último tango en París, el cineasta subrayó que todo el equipo de filmación había quedado "totalmente hipnotizado por su presencia. Ninguno de ellos jamás había estado delante de una gran leyenda viviente", escribió.

Por otro lado, su amigo Jay Kanter afirmó que los funerales de Brando serán privados. ''El actor será enterrado durante una ceremonia privada. Los familiares están esperando por otros miembros de la familia", dijo Kanter, negándose a precisar fechas.

La vida de Bud

A las órdenes de los mejores directores, se transformó en el principal exponente de la nueva generación de actores de la posguerra. Bud, como lo llamaba su abuela, nació el 3 de abril de 1924 en una familia modesta de Omaha (Nebraska). Su madre era una actriz depresiva y alcohólica, y su padre era un vendedor de carbonato, aficionado a las mujeres, "con la sangre compuesta de testosterona, adrenalina, alcohol e ira", según lo definía el propio actor.

Tras su expulsión de una escuela militar, el joven Brando se mudó a Nueva York para estudiar arte dramático en el conservatorio de Stella Adler y en el Actors Studio, donde perfeccionó el "método" Stanislavsky, que consiste en recurrir a sus propias emociones para encarnar a un personaje.

En 1947, Brando causó sensación en Broadway con el papel del brutal Stanley Kowalsky en la adaptación de la obra Un tranvía llamado deseo (de Tennessee Williams), que luego le abrió las puertas de Hollywood.

Inicialmente, sin embargo, rechazó las ofertas de la meca del cine, al indicar en 1948 que los productores de Hollywood "nunca han hecho una película honesta en su vida y probablemente nunca la harán".

Dos años más tarde, debutó con gran éxito de crítica en la película de Fred Zinnemann The men, donde interpretó a un soldado parapléjico, antes de ponerse a las órdenes de Elia Kazan para la adaptación cinematográfica de Un tranvía llamado deseo.

Además de valerle en 1952 la primera de cuatro candidaturas consecutivas al Oscar a mejor actor, la película dejó grabada la imagen de Brando con camiseta blanca sudada.

Luego encarnó al famoso revolucionario mexicano en Viva Zapata, también de Kazan, y a Marco Antonio en Julio César, de Joseph Mankievicz, antes de convertirse en el símbolo de la rebeldía al interpretar al líder de una pandilla de motociclistas en la película de Laslo Benedek, El salvaje.

"Ninguno de los que estábamos involucrados en la película imaginamos nunca que instigaría o incitaría una rebelión juvenil", escribió Marlon Brando en su biografía autorizada Las canciones que mi madre me enseñó, publicada en 1994.

Brando ganó el Oscar en 1955 por su retrato de un ex boxeador en La ley del silencio, otra película de Kazan.

Su poder taquillero disminuyó en los años 60, debido a los filmes mediocres en los que participó y a una conducta cada vez más temperamental, pero el papel de Don Corleone en El padrino, de Coppola, reactivó su carrera en 1972.

Aunque le mereció un segundo Oscar a mejor actor, Brando envió a la ceremonia de entrega de los premios a una supuesta india, Sacheem Littlefeather (que luego resultó ser una actriz hispana), para rechazarlo y hacer público su descontento por la manera cómo Hollywood había degradado a los nativos estadunidenses.

La polémica se asentó en su vida tras el estreno del drama erótico El último tango en París, de Bernardo Bertolucci (1973), donde encarnó a un hombre maduro desorientado tras el suicidio de su esposa.

Reconciliado con la fama, Brando -quien decía actuar para "sobrevivir"- hizo la película más comercial de su carrera, Superman, antes de interpretar al desesperado coronel Kurtz en Apocalipsis (1979), de Coppola.

A partir de ese momento, anunció repetidamente su retiro para dedicarse a fondo a las causas sociales, aunque continuó apareciendo esporádicamente en la pantalla grande. Su última película, The score, se estrenó durante el verano de 2001.

Sórdida saga familiar

En el ocaso de su vida, Brando se convirtió en el héroe trágico de una sórdida saga familiar.

Brando tuvo al menos nueve hijos fruto de las numerosas relaciones que mantuvo en su vida con mujeres generalmente morenas y exóticas, incluidas las actrices puertorriqueña Rita Moreno y mexicana Movita Castenada.

En 1990, su primogénito, Christian, fruto del matrimonio con su primera esposa, la actriz Anna Kashfi, asesinó al novio de otra de sus hijas, Cheyenne, nacida de su relación con la tahitiana Tarita Teriipaia, Christian estuvo cinco años encarcelado y Cheyenne se suicidó en 1995, después de una larga depresión.

Brando, víctima de la obesidad que le llevó a pesar en algún momento hasta 160 kilos, volvió a recluirse en la Polinesia francesa, de la que se enamoró durante el rodaje de Mutiny of the bounty y donde pasó largas temporadas desde que compró el atolón de Teti'aroa en 1966.

Una vez en el restaurant Mort's Palisades Deli, Marlon Brando se permitió una broma; pidió al camarero del lugar visitado por famosos cerca Hollywood: "pregúnteles a esas chicas ahí detrás si me conocen". Lógicamente las adolescentes sólo habían ido hasta allí con la esperanza de echar un vistazo al genio del siglo XX. Sin duda, la meca del cine se paralizaba con profundo respeto cuando Brandon aparecía en algún sitio.


09af5

Arriba a la izquierda, Marlon Brando en la película de 1952 Viva Zapata!. En medio, como Steven Kowalski en el filme de 1951 Un tranvía llamado deseo, con Vivien Leigh. A la derecha, como Napoleón en la cinta de 1954 Desiree. Abajo a la izquierda, como el célebre Vito Corleone, en El padrino, de Francis Ford Coppola. A la derecha, en su última película, The score, con Robert de Niro, en 2001 FOTOS REUTERS

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email