|  | Portada  Presentación  El mono blanco de los TuxtlasAlvar González Christen,
  El tucán, prodigio de la naturalezaAndrea León
  Ocelote, felino sagradoYan Quirarte y Raúl Kuanenemy
  Tolomuco, viejo del monteAlvar González Christen
  El dragón del NauhcampatépetlLuis Ernesto Alarcón Villegas y Alvar González Christen
  El mono aullador veracruzanoEdith Carrera Sánchez
  Mariposa monarca, fragilidad y perseveranciaAlicia Dorantes Cuéllar
  Oso hormiguero, brazo fuerte de la naturalezaDaniel Ruz
  Mariposa 88: la súper agenteMartha Y. Castañeda Cuéllar
  Guacamaya verde: los colores del aireIsaac Michán
  Pájaro carpinteroAmparo Albalat
 
 Correo electrónico:
  [email protected]
   |  | El mono 
              aullador veracruzano
 Edith Carrera SánchezInstituto de Neuroetología TSU Manejo de Vida Silvestre
 Universidad Veracruzana
 Correo electrónico: [email protected]
 Fotos: Edith Carrera
 
  En 
              las selvas mexicanas habitan tres especies de primates, el más 
              popular es conocido como chango o mono araña, 
              su nombre científico es Ateles geoffroyi, se encuentra en 
              Veracruz, Tabasco, Campeche, Oaxaca, Chiapas y la península 
              de Yucatán; y dos especies de mono aullador, el saraguato 
              negro (Alouatta pigra) que vive en Tabasco, Chiapas y la península 
              de Yucatán, y el saraguato pardo (Alouatta palliata mexicana) 
              localizado en Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Campeche y Chiapas. 
 El mono aullador que 
              habita el sur de Veracruz está en peligro de extinción 
              debido, principalmente, a la destrucción y fragmentación 
              que sufren las selvas. Actualmente, son pocos los depredadores que 
              tiene, entre ellos están el águila arpía y 
              el jaguar, que lamentablemente también están casi 
              extintos de las selvas veracruzanas.
 Este mono es uno de los 
              primates neotropicales de mayor tamaño; pesa en promedio 
              6 kg y mide alrededor de 140 cm. Los machos son un poco más 
              grandes que las hembras y presentan un agrandamiento del hueso hioideo 
              que actúa como caja de resonancia amplificando los sonidos 
              que emite, gracias a esto es que recibe el nombre de aullador. Se 
              dice que los colonizadores europeos cuando caminaban por las selvas 
              americanas eran atemorizados por este aullido que confundían 
              con el rugido del jaguar.
 Los aulladores, al igual 
              que otros monos americanos, tienen una cola prensil de gran movilidad, 
              que alcanza una longitud similar a la de la cabeza y cuerpo juntos. 
              Esta cola le ayuda durante sus desplazamientos y para sujetarse 
              de las ramas cuando duermen o se alimentan. Una tropa de tamaño 
              normal puede estar formada por 17 individuos con dos a cuatro veces 
              más hembras que machos, aunque también se han encontrado 
              grupos hasta con 45 monos. La isla Agaltepec en Catemaco, Veracruz, 
              presenta una población singular con aproximadamente 100 individuos 
              en un espacio de 8.3 hectáreas.
  Los 
              aulladores son diurnos y se alimentan de hojas, especialmente hojas 
              jóvenes, pero los frutos también son importantes en 
              su dieta, que complementan con flores y enredaderas. Requieren de 
              un proceso digestivo muy lento para poder transformar la gran cantidad 
              de material fibroso que consumen por lo que pueden pasar más 
              de la mitad del día reposando. Toman agua de las plantas 
              que ingieren y en ocasiones beben directamente de huecos localizados 
              en los árboles. 
 Las hembras son consideradas 
              sexualmente maduras a los tres años y medio y los machos 
              un año después. Es importante mencionar que, a diferencia 
              del aullador negro (A. pigra), en el aullador veracruzano es imposible 
              distinguir el sexo a simple vista por lo menos hasta el descenso 
              de los testículos, que ocurre alrededor de los tres años 
              de edad. La gestación dura más o menos seis meses 
              y tienen generalmente una cría, es poco frecuente el parto 
              gemelar. La hembra pare en los árboles sin ayuda de otros 
              miembros de su grupo. En cuanto al infante, éste comienza 
              a probar las hojas y frutos al mes de nacido y es destetado a los 
              15 meses de edad.
  El 
              mono aullador es una especie protegida (NOM-059-Semarnat-2001) por 
              lo que su caza, captura, venta y posesión están prohibidas; 
              sin embargo, en la realidad la situación es distinta. Este 
              habitante de las selvas veracruzanas además de ver cómo 
              se destruye su hogar, se enfrenta también al acoso humano. 
              El aullador, al igual que el mono araña, es buscado para 
              ser vendido como mascota; una de las prácticas más 
              comunes para capturar a los monos infantes es matar a la madre; 
              así, la cría es capturada viva pues se aferra al cuerpo 
              inerte de la hembra. La mayoría de los infantes capturados 
              muere debido al estrés, al sufrimiento y a los malos cuidados 
              que se le dan, en especial relacionados con la alimentación 
              que no es la adecuada. Los infantes que llegan a sobrevivir son 
              individuos perdidos para la especie pues lo más probable 
              es que nunca lleguen a reproducirse y lo peor, al alcanzar el tamaño 
              adulto, son abandonados o asesinados por sus dueños al tornarse 
              agresivos y al ser insuficiente el espacio que les brindan. 
 Por todo esto, no permitamos 
              el tráfico de monos y de cualquier especie silvestre. Debemos 
              entender que el comprar un mono, aunque sea por compasión, 
              es un error lamentable ya que lo único que conseguimos es 
              fomentar su captura. Intentemos ayudarlo a que permanezca como parte 
              de la fauna silvestre veracruzana. El mono aullador es un habitante 
              importante de las selvas mexicanas, aprendamos a respetarlo.  
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