Portada
Presentación
De la república bananera a la crisis alimentaria
El imperio de las agroexportadoras
Engaños de la revolución verde
El medio ambiente en las plantaciones de América Central
La triste historia del DBCP
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Génesis de las “repúblicas bananeras”
En 1837, Samuel Northrup Castle y Amos Starr Cooke fueron enviados a las Islas Hawai como misioneros del Consejo de Comisarios para Misiones Exteriores de Estados Unidos. Esta organización, apadrinaba misioneros para imponer su moralidad, religión e ideas. Llevaban escuelas, medicina moderna, cultivos nuevos y sembraron piñas y caña de azúcar, productos muy valiosos para los norteamericanos.
Por su influencia y misión, Samuel y Amos lograron establecer buenas relaciones con la monarquía imperante en Hawai durante esos años. En 1849 fundaron una sociedad privada en lo que era el almacén de la misión. En 1851 obtuvieron las primeras licencias para vender productos y bautizaron su empresa como Castle & Cooke (Kakela Me Kuke según las lenguas nativas), la cual creció rápidamente, adquirió grandes fincas y amplió sus negocios al azúcar.
Para 1875, los misioneros y sus descendientes acaparaban el 80 por ciento del territorio cultivable y los terratenientes del azúcar influían decisivamente en la vida de las islas. En 1887, el rey de Hawai dio su consentimiento para que Pearl Harbor fuera base naval norteamericana. Ese mismo año hubo un golpe de Estado ideado por los colonos norteamericanos. Dos años después, Castle & Cooke financió el primer ferrocarril de la isla. En 1891, el gobierno títere surgido del golpe de Estado fue depuesto por la reina Liliuokalani, quien estableció una nueva constitución.
A inicios de 1893, el “Comité de Seguridad Revolucionario”, encabezado por Sanford Dole (hijo de un misionero) y apoyado por el embajador estadounidense, pidió la intervención de los marines anclados en Pearl Harbor con el pretexto de salvaguardar las vidas de norteamericanos y establecer un gobierno con Dole de presidente. Así sucedió. El propio embajador norteamericano reconoció al nuevo presidente y solicitó el protectorado el 1 de febrero de 1893. En marzo, tomó la presidencia de los Estados Unidos Glover Cleveland, quién ordenó una investigación de los hechos acontecidos en Hawai.
Se dio cuenta que la revolución fue instigada por los terratenientes del azúcar estadounidenses y que los hawaianos no querían la anexión. Un nuevo embajador fue enviado por Cleveland para devolver el poder a la reina Liliuokalani, pero Dole hizo caso omiso. Resignado y sin querer iniciar un conflicto con los propios colonos norteamericanos, en 1894 se proclamó la república y Cleveland reconoció el nuevo territorio. En 1898, Estados Unidos se anexó el archipiélago a petición de las “autoridades” de Hawai encabezadas por Dole. ¿El motivo? Sencillo: evitar los aranceles que había establecido el gobierno de Washington. ¿La excusa? Sencilla: la importancia estratégica en la guerra hispano-americana.
En 1900, Sanford Dole fue designado gobernador del Hawai conquistado. En esa época, James D. Dole (primo de Sanford) viajó a Hawai para emprender un negocio de frutas. En 1901 James creó la Hawaiian Pineapple Company, iniciando un exitoso negocio de piñas que logró distribuir sus productos en todo el país. En 1932, Castle & Cooke adquirió el 21 por ciento de Hawaiian Pineapple Company . Como signo distintivo de calidad, se incorporó la marca “DOLE” en las latas y en los jugos de piña. En 1959 Hawai se transformó en el estado 50 de Estados Unidos.
En 1961, Dole y Castle & Cooke se unieron creando la que hoy es la mayor empresa agro-exportadora del mundo.
Hasta 1870 los bananos eran desconocidos en el mercado de Estados Unidos. Fue años después, cuando Minor C. Keith, un industrial de Brooklyn, inició la construcción del ferrocarril en Costa Rica. A ambos lados de la vía fue plantando bananos y una vez terminado le fue fácil transportarlos al mercado norteamericano, que 28 años después, ya consumía 16 millones de racimos. Junto a otros empresarios, llegó a fundar la Boston Fruit Company, que posteriormente acabaría fusionándose con otras firmas, fundando en el año 1899 la mítica United Fruit Company.
Se conformaba la compañía más grande de bananos del mundo del momento, con posesiones en Colombia, Honduras, Costa Rica, Cuba, Jamaica, Nicaragua, Panamá y República Dominicana. Sam Zemurray, emigrante llegado a Estados Unidos, desembarcó en Honduras en 1905 y compró terrenos donde sembraría los bananos que darían vida a la Cuyamel Fruit Company .
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Para ganar terreno en el mercado y privilegios en el país, Zemurray alentó al general Miguel Bonilla para propiciar un golpe de Estado que acabaría con el gobierno legítimo y democrático de Miguel Dávila. En Honduras, la Cuyamel compitió ferozmente con la United Fruit Company y de dicha disputa por poco estalla una guerra entre Guatemala y Honduras. Ambas empresas diseñaron la política y la vida en Honduras atendiendo a sus intereses comerciales. Manejaron a políticos, medios, fuerzas armadas, etc. No pagaron impuestos y llegaron a vender ropas, artículos deportivos, etc. Controlaron los ferrocarriles, puertos y establecieron sus latifundios bananeros junto a una tercera compañía: la Vaccaro Brothers , que después se llamaría Standard Fruit Company .
En 1929, Zemurray decidió vender la Cuyamel a la United al no poder rivalizar con ella, aunque en 1933 se haría con el control del emporio. Emergía de esta forma el magnate del banano y padre intelectual y material del “republicanismo bananero”. Su filosofía, su ética, principios y visión del mundo se vislumbran en su vida y se resumen en una frase que solía repetir: “En Honduras, un diputado es más barato que una mula” .
No obstante, no hubo país más subordinado a la United Fruit Company que Guatemala. En este país la compañía llegó a obtener el 25 por ciento de la producción total. Su poder le llevó a dominar virtualmente todos los medios de transporte y comunicaciones. Cobraron aranceles sobre cada artículo de flete en ciertos puertos. Los cultivadores de café pagaron tarifas excesivamente altas, ocasionando que el precio en el mercado mundial fuera muy elevado y poco competitivo. La misma transnacional se eximió de pagar impuestos durante 99 años. Los sucesivos gobiernos y sus instituciones favorecieron el poder de United en la nación y aceptaron su libertad de acción. Pero en 1944 los guatemaltecos derrocaron al dictador Jorge Ubico, enfrentándose a unas elecciones democráticas por primera vez.
Fue el socialista Juan José Arévalo Bermejo, quién surgió elegido en los comicios y dio inicio a una serie de reformas, como la consagración de las libertades democráticas, el establecimiento del voto femenino, la ley orgánica del trabajo, un sistema de seguridad social y de atención materno-infantil, un plan de electrificación rural y la construcción de vías de comunicación. Se propuso también el rescate de las riquezas naturales, la ampliación del mercado interno y la liberación de los campesinos mediante la liquidación de los sistemas semifeudales y casi esclavistas existentes.
El principal problema nacional que tuvo que enfrentar fue la desigual distribución de la tierra. El 2.2 por ciento de la ciudadanía controlaba el 70 por ciento de la tierra y sólo el 10 estaba disponible para el 90 por ciento de la población. Arévalo fue sustituido posteriormente por Jacobo Arbenz, quien continuó el proceso de reforma agraria iniciado por su antecesor. Arbenz propuso redistribuir parte de la tierra inutilizada y dejarla disponible para que el 90 por ciento de la población pudiera cultivarla.
Y ahí fue donde se originó el relajo: United Fruit era una de las grandes poseedoras de las tierras inutilizadas. La presión que el gobierno democrático de Arbenz ejerció sobre la empresa la hizo reaccionar a través de los muchos contactos que tenía Sam Zemurray dentro del gobierno de Estados Unidos, incluyendo al presidente Eisenhower y al secretario de Estado John Foster Dulles. Este último había sido abogado y accionista de la United . Allen Dulles, su hermano, era director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) y había prestado servicios jurídicos en la multinacional. John Moors Cabot ejercía de Secretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos y fue presidente de la compañía. Henry Cabot fue senador, representante de Estados Unidos en Naciones Unidas y accionista de United . Anne Whitman era secretaria personal del presidente Eisenhower y estaba casada con el jefe de relaciones públicas de United . Bedell Smith y Robert Hill, fueron subsecretario de Estado y embajador estadounidense en Costa Rica respectivamente, y acabaron incorporados al directorio de la empresa. Spruille Bramen fue embajador en varios países y estuvo a sueldo de la compañía desde 1948.
Con estas conexiones se fue urdiendo la “Operación Guatemala”. Se diseñó una campaña mediática de erosión, en la que se afirmaba que dicho país se había vuelto comunista. Se enfrascaron en una cruzada para convencer a los estadounidenses y al resto del mundo de que Guatemala era un peligroso satélite soviético que preparaba la invasión de Honduras y el resto de Centroamérica. A nivel continental, en marzo de 1954 se realizó en Caracas la “X Conferencia de Cancilleres”, en la que Estados Unidos presentó una resolución en contra del gobierno de Arbenz que fue aprobada por todos los países a excepción de la propia Guatemala. Con ello, la Organización de Estados Americanos (OEA) daba la espalda al gobierno de Arbenz a través de la presión de Estados Unidos y la colaboración de gobiernos totalitarios como el de Batista en Cuba, Trujillo en República Dominicana, Rojas Pinilla en Colombia y Somoza en Nicaragua. Estos dos últimos países junto a Honduras y Venezuela, facilitaron aeródromos, campos de entrenamiento y emisoras de radio. Hubo montajes estelares como el de Somoza, quien reunió a la prensa para mostrar pistolas con grabados de la hoz y el martillo, afirmando que se habían interceptado en un submarino ruso que viajaba hacia Guatemala.
El arzobispo de Guatemala, Mariano Rosell Arellano, también contribuyó con el gobierno estadounidense en la propaganda, incitando a la ciudadanía a combatir el comunismo que era enemigo de Dios y de la patria. Aviones estadounidenses distribuyeron su pastoral por todo el país. Con la opinión pública en el bolsillo y el apoyo institucional de toda la OEA , se orquestó por parte de la CIA el golpe de Estado. Un grupo de mercenarios entrenados en Honduras invadió el país bajo el mando del teniente coronel Castillo Armas. Se perpetraron masacres de campesinos que fueron atribuidas a fuerzas leales al gobierno. Un joven médico argentino de nombre Ernesto Guevara de la Serna , intentó infructuosamente la defensa de la capital. Arbenz ordenó repartir armas al pueblo pero el ejército se negó. No opuso más resistencia. El 27 de junio de 1954 renunció. La CIA ya le había advertido que la invasión importante estaba por venir.
Desde el Club Americano en la capital guatemalteca, el embajador estadounidense John E. Peurifoy, convocó a los medios y exclamó victorioso: “Jacobo, knock out ”.
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