La Paz, 20 de febrero. El presidente boliviano Evo Morales recogió hoy el reto lanzado por el prefecto (gobernador) de Santa Cruz, Rubén Costas, quien pidió que haya observadores internacionales como condición para sentarse a coordinar con el gobierno los mecanismos de implementación de la nueva Constitución Política.

El gobierno nacional es transparente, no tiene miedo a nadie. Observadores, vengan de donde vengan, son bienvenidos, dijo el titular del Ejecutivo, luego que esta semana se puso en marcha el Consejo Nacional de Autonomías, en el que se rehusaron a participar los prefectores opositores de Santa Cruz, Beni, Pando y Chuquisaca.

Durante un acto de entrega de sables a nuevos generales de las fuerzas armadas, Morales pidió que vengan veedores de la comunidad internacional para aplicar los resultados del referendo dirimidor de la tenencia de tierra en Bolivia, en el cual 80 por ciento votó por fijar en 5 mil hectáreas la extensión máxima del latifundio.

Esta semana, Costas y sectores ganaderos llamaron a la desobediencia civil contra la reversión al Estado de unas 40 mil hectáreas en la región cruceña del Alto Parapetí, donde el Instituto Nacional de Reforma Agraria determinó aplicar en varios predios privados la norma que establece que si hay en la finca relaciones de servidumbre o de semiesclavitud, las tierras deben volver al Estado.

En otro orden, la Corte Nacional Electoral exigió la aprobación de una ley para concretar el voto de emigrantes acorde con la nueva Constitución, al rechazar un decreto presidencial que había ordenado empadronarlos inmediamente en el extranjero al considerar que no hacía falta mayores trámites.

La jueza séptima de instrucción de lo penal, Bety Yañíquez, determinó en tanto que fue ilegal la aprehensión de cinco de las siete personas aprehendidas en Pando el pasado martes, presuntamente involucradas en la matanza del 11 de septiembre de 16 personas, la mayoría campesinos, por lo que espera sean liberados.

En este viernes de carnaval el presidente Morales realizó un ritual de ch’alla (bendición) del Palacio Quemado, la plaza Murillo y del Palacio Legislativo por parte de amautas (el más alto nivel de los sacerdotes andinos) y mama tallas (sacerdotisas), para que le vaya bien al gobierno y al pueblo.

Asistieron el vicepresidente Álvaro García Linera, integrantes del gabinete y parte del cuerpo diplomático acreditado en el país.