La actividad industrial de México registró un desplome anual de 11.1 por ciento en enero de este año, la mayor caída observada en este sector en 164 meses, desde julio de 1995, en pleno auge de lo que fue la segunda mayor contracción de la economía del país durante el siglo XX. Ese año la economía mexicana decreció 6.2 por ciento.

Informes dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) rebasaron las más pesimistas estimaciones realizadas por los grupos de consultoría y análisis económico del sector privado sobre el comportamiento previsible del sector industrial en el primer mes del año. El consenso esperaba una caída anual de 9.9 por ciento en el primer mes de 2009.

El Inegi indicó que los cuatro componentes que integran el indicador industrial mostraron caídas de importancia, sobre todo el que da seguimiento a las actividades manufactureras, el cual marcó un derrumbe anual de menos 14.9 por ciento en el primer mes de 2009, un desmoronamiento sin precedente en por lo menos medio siglo.

En retrospectiva, el mayor hundimiento del sector industrial hasta ahora se observó en abril de 1995 con una caída histórica de 13.7 por ciento respecto del nivel en que se encontraba un año antes. Pero por lo que respecta a la industria manufacturera no existe registro en el Banco de Información Económica del Inegi de un desplome anual cercano al de 14.9 por ciento registrado en enero de 2009.

El organismo especificó que el hundimiento de las actividades manufactureras fue resultado de las caídas de la producción de equipo de transporte; industrias metálicas básicas; equipo de computación, comunicación, medición y de otros equipos, componentes y accesorios electrónicos: productos a base de minerales no metálicos; fabricación de maquinaria y equipo; equipo de generación eléctrica y partes y accesorios eléctricos; productos metálicos; industria alimentaria, e industria del plástico y del hule, principalmente.

La industria de la construcción, por su parte, reportó una contracción anual de menos 8.5 por ciento en enero, como consecuencia de menores obras de edificación residencial como casas y multifamiliares, así como de la no residencial como naves, plantas industriales e inmuebles comerciales, y de trabajos especializados para la construcción como cimentaciones, montaje de estructuras prefabricadas y trabajos en exteriores. Ésta ha sido la caída más pronunciada en la construcción desde mayo de 2001, cuando esta actividad se contrajo 8.8 por ciento en términos anuales.