Nueva York, 1º de mayo. La quebrada Chrysler cerró sus plantas este viernes y dijo que planea mantenerlas así por 30 o 60 días, aunque aclaró que su supervivencia depende de la rápida aprobación de su plan de restructuración y del subsecuente reinicio de operaciones.

Acorralada por las deudas, Chrysler pidió este jueves la protección por quiebra bajo el capítulo 11 y reveló un plan de reorganización que pondrá sus activos estructurales en una nueva firma controlada por los trabajadores, la italiana Fiat y los gobiernos de Canadá y Estados Unidos.

Me complace anunciar hoy que Chrysler y Fiat formaron una asociación que tiene una alta posibilidad de éxito, declaró el presidente Barack Obama en la Casa Blanca este jueves.

Durante este proceso, el constructor en crisis recibirá un total de 10 mil 400 millones de dólares en fondos estadunidenses y canadienses para cumplir la iniciativa.

El gobierno está dispuesto a aportar unos 3 mil 300 millones de dólares en fondos de funcionamiento durante la restructuración de Chrysler bajo la protección de la justicia, indicó el Departamento del Tesoro.

Washington está dispuesto a prestar cerca de 4 mil 700 millones de dólares al nuevo Chrysler que surja de la restructuración, agrega el texto. De esta suma, 2 mil 100 millones serán rembolsables a 30 meses, la mitad a siete años y el remanente a ocho años.