Influenza: los nombres de los muertos
Alarma en Washington
Ataca virus a un agente que vino con Obama
¿Por qué Calderón no dio la alerta a tiempo?
A 3 años de la represión
Caerá aún más la economía
Racismo epidemiológico
Se pospone el Vive Latino
a conmemoración del Día Internacional del Trabajo, realizada ayer en diversas partes del mundo, tuvo en nuestro país un telón de fondo particularmente desalentador para los trabajadores y la población en su conjunto.
Amenazas contra articulista de La Jornada
or citar una dirección electrónica en dos de mis artículos, publicados en La Jornada, he sido amenazado. Un hombre joven me gritó que si no quitaba de la red el sitio que tenía en jimdo me iba a ir muy mal. Sorprendido le respondí que yo no tengo ni blog ni sitio web. Volvió a vociferar y subrayó que me daba 24 horas para suspender la página de jimdo, que si no lo hacía, repitió, me iba a ir muy mal.
n todas las grandes culturas neolíticas, en Egipto, desde los textos de Menfis en el tercer milenio antes de la era común; en la China, desde el tercer milenio de dicha era con el I Chin; en el Indostán, desde el comienzo de la elaboración oral de los Upanishad; en Palestina, desde el siglo VIII adC, con los profetas de Israel; en Grecia, desde la misma época, aproximadamente, y en América, un milenio después, se fueron dando los cánones que organizaban la sabiduría de esos pueblos. Las comunidades urbanas realizaron una labor de síntesis de los principios que fundaban sus determinados modos de vida. Los que se dedicaban a esa labor de ordenar las interpretaciones más profundas de la existencia de esas comunidades altamente desarrolladas se denominaron amantes de la sabiduría (en griego filósofos, en azteca tlamatinime). Eran los que podían dar cuenta de forma ordenada y racionalizada de los diversos modos del saber, es decir, que relacionaban las observaciones astronómicas, descubrimientos matemáticos, etcétera, con las experiencias agrícolas, los saberes medicinales y con los recuerdos de las gestas de los pueblos.
os habitantes del Distrito Federal han demostrado en múltiples ocasiones su alto sentido de responsabilidad social ante catástrofes y problemas colectivos; un hecho ya remoto que viene a la memoria es la defensa heroica que la Guardia Nacional hizo ante el asedio a la ciudad por las tropas estadunidenses en 1847. En Churubusco se batieron bajo las órdenes del general Pedro María Anaya hasta disparar el último cartucho, no los soldados de línea, que estaban en los lomeríos cercanos al valle de México sin intervenir, sino los artesanos, los artistas, los cocheros, los cargadores y los profesionistas de México, incluidos los que por burla eran llamados polkos, todos, defendieron su ciudad con valor y generosidad.
a influenza humana es totalmente real. Las historias conspirativas que circulan son descabelladas y ajenas a cualquier razonamiento lógico. Como toda mentira contienen elementos de verdad. Es probable que muchas empresas farmacéuticas harán buenos negocios como resultado de la demanda de vacunas y medicamentos antivirales. Es probable que el gobierno y varios partidos políticos usarán este traumático episodio para intentar sacarle raja política. Pero nada de esto equivale a un armado consciente, deliberado y menos aún provocado. La epidemia es real, los muertos son reales, los enfermos también y sus efectos aún pueden ser peores.
o pocos esperaban que la reunión de mediados de abril en Puerto España abriese una nueva etapa en la relación hemisférica. Tal expectativa se desprendía, más que de ningún otro factor, de la novedosa presencia de Barack H. Obama.
o es novedad expresar que el sistema de administración y procuración de justicia adolece de graves deficiencias estructurales. A menudo las personas son víctimas de atropellos cometidos por causa de la ineficiencia en investigaciones judiciales realizadas sin consideración a las mínimas garantías procesales. Pese a la reforma aprobada el año pasado, subsiste un sistema con prácticas inquisitivas: el Ministerio Público cuenta con excesivas facultades para valorar las pruebas que despojan a los indiciados de sus más elementales derechos.
l 24 de abril, legisladores de Campeche votaron para enmendar la Constitución del estado con la finalidad de reconocer el derecho a la vida
que comienza en el momento de la concepción. Campeche no es el primer estado en adoptar una provisión de este tipo: Baja California, Chihuahua, Colima, Durango, Jalisco, Morelos, Nayarit, Puebla, Quintana Roo y Sonora han pasado recientemente legislaciones similares. La tendencia entre los estados mexicanos de reforzar restricciones ya estrictas sobre acceso al aborto surge como reacción a la política innovadora de la ciudad de México aprobada en 2007, la cual legaliza el aborto en el Distrito Federal durante las primeras 12 semanas de embarazo. Cuestionada por oponentes al derecho al aborto, la ley fue recientemente ratificada por la Suprema Corte de Justicia de México.
o hace mucho tiempo, tres décadas acaso, las sociedades contemporáneas tenían una idea bastante distinta del futuro. Todavía ondeaban, aunque ya debilitadas, algunas de las utopías centrales que significaron al siglo XX. Con una dosis de innegable inocencia, las expectativas de un orden que hiciera posible una vida mejor provenían de los más diversos rincones y relatos del imaginario político y social. A principios del siglo XXI, el cambio fue abrupto. Esa inocencia fue desplazada aceleradamente por una cultura muy distinta; la cultura de las distopías, fincada en la convicción de que las amenazas y los riesgos que nos depara el futuro superan con mucho a cualquier otra de sus expectativas. La retórica de las distopías acabó por decantarse en una cultura del miedo. Un repaso de las imágenes sobre la trama del tiempo que alberga el imaginario actual mostraría que el miedo es, probablemente, el único elemento capaz de cohesionar (y movilizar) a las sociedades de nuestros días.
stá demostrado que en el fondo del surgimiento de la mutación de la influenza A se aloja el nuevo patrón para la cría industrial de animales y que las grandes firmas farmecéuticas vuelven a ganar con la epidemia.
xiste un famoso adagio popular que dice: nos llueve sobre mojado
. Parafraseándolo podríamos decir que a los mexicanos nos tiembla sobre infectado
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