Bloquean calles y retienen varias horas a funcionarios del gobierno
Sábado 2 de mayo de 2009, p. 44
Mazatlán, Sin., 1º de mayo. Cientos de hombres y mujeres, incluso niños, bloquearon avenidas y retuvieron a varios funcionarios del gobierno, molestos porque el Instituto de Vivienda del Estado de Sinaloa (Invies) no cumplió su compromiso de entregar en el tiempo estipulado el primer paquete de 521 casas a los pobladores que serán desplazados de seis comunidades del sur de Sinaloa debido a la construcción de la presa Picachos.
Provenientes de las comunidades El Placer, Copales, San Marcos y La Puerta de San Marcos, del municipio de Mazatlán, y Las Iguanas y Casas Viejas, de Concordia, los pobladores bloquearon el jueves la avenida Ejército Mexicano y Pesquera, el principal crucero de la ciudad, donde efectuaron un plantón.
Poco antes habían acudido a la oficina del Invies a recibir las primeras 521 casas, de un total de 800, que se comprometió a entregar para el 30 de abril Abraham Velásquez Iribe, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Publicas, en una reunión donde estuvieron integrantes de la comisión plural de diputados formada para este caso.
Sin embargo, los manifestantes fueron recibidos por el subdelegado Fracisco García Lizárraga, quien dijo desconocer los motivos del retraso de obras. Entonces los comuneros obligaron al funcionario y a los demás empleados a salir de las oficinas y se los llevaron al crucero bloqueado.
De allí partieron a las oficinas de la Comisión Constructora de Sinaloa y se llevaron a Martín Burgos, encargado de Obras, y a Óscar Loaiza, responsable de pago de indemnizaciones, a quienes tuvieron en medio de la calle hasta las 18:30 horas, cuando acudió a platicar con ellos Iván Zavala León, delegado del Invies. Este último explicó que no han entregado plataformas para continuar las obras, pero el funcionario de la dependencia Martín Burgos indicó que no habían liberado los caminos.
Las respuestas no fueron aceptadas por los manifestantes quienes denunciaron que las obras llevan 60 por ciento y no hay agua potable ni drenaje, por lo que no pueden habitarse y temen que al cerrarse la compuerta de la presa Picachos y por la proximidad de las lluvias los pueblos se inunden y ellos queden sin techo.