Berlín, 1º de mayo. Cientos de miles de personas desfilaron hoy en las principales ciudades de Europa en conmemoración del Día del Trabajo, en un contexto de crisis financiera y desempleo mundial, en marchas que en algunos países derivaron en enfrentamientos entre manifestantes y la policía antidisturbios, como ocurrió en Alemania, Turquía, Grecia y Rusia.

El aumento en el desempleo a lo largo de Europa pareció dar intensidad a las marchas del primero de mayo. No obstante, las protestas en Francia y España fueron mayoritariamente pacíficas.

Sindicatos franceses organizaron alrededor de 300 marchas contra las políticas sociales del presidente Nicolas Sarkozy y su manejo de la crisis, con el opositor Partido Socialista llamando a sus miembros a unirse a las protestas por primera vez desde 2002. En una señal de cuanto se ha extendido la desilusión, incluso personal de puestos administrativos participaron en las marchas.

Sindicatos españoles protagonizaron unas 70 marchas en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, San Sebastián, Sevilla, Mérida y Zaragoza, y amenazaron con huelgas si José Luis Rodríguez Zapatero responde a demandas de grupos de empresas para reformar las leyes laborales, reportó la corresponsalía en Madrid.

El presidente del gobierno debe, en debate del estado de la nación, enviar a la sociedad española y a los trabajadores un mensaje claro e inequívoco en el sentido de que va a rechazar cualquier iniciativa que suponga el abaratamiento del despido, dijo el dirigente sindical Cándido Méndez. Además, los trabajadores llamaron al Ejecutivo a dar más inversión pública y protección social.

En Alemania, que está enfrentando su peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, en las ciudades de Berlín y Hamburgo hubo desde temprano actos de violencia en que participaron grupos izquierdistas y anarquistas que dejaron más de 50 policías antidisturbios heridos.

Alrededor de 200 manifestantes que coreaban eslóganes anticapitalistas lanzaron botellas y piedras a la policía antidisturbios en Berlín e incendiaron cinco autos. Asimismo, en protestas en Berlín, Hannover, Magucia y Ulm hubo choques de izquierdistas con neonazis, y la policía detuvo a unos 50 radicales de izquierda.

En Turquía, la policía utilizó carros lanzagua y gas lacrimógeno, y lanzó disparos al aire y gas pimienta para dispersar a manifestantes encapuchados en Estambul. Jóvenes lanzaron piedras y cocteles molotov, rompiendo ventanas de bancos y tiendas en calles laterales, en tanto que un portavoz de la policía dijo que 68 manifestantes fueron detenidos y 11 policías resultaron heridos.

Mientras, la policía griega lanzó gases lacrimógenos a manifestantes del primero de mayo, al estallar algunos disturbios en que participaron grupos anarquistas. En otras partes de Atenas, alrededor de 6 mil manifestantes, en su mayoría miembros de un sindicato comunista, se reunieron bajo la vigilancia de 4 mil policías. Muchos estaban molestos por los rescates financieros a los bancos, por lo que en los carteles del principal sindicato del país, GSEE, se leía No pagaremos por su crisis.

Por su parte, dirigentes de los principales sindicatos de Italia se reunieron en L’Aquila para expresar la solidaridad de los trabajadores con las víctimas del terremoto del 6 de abril, que dejó cerca de 300 muertos, y repudiar la política social de Silvio Berlusconi.

Mientras, en Ucrania y Rusia se celebraron manifestaciones paralelas de comunistas y ultraderechistas en varias ciudades, en tanto que en San Petersburgo la policía detuvo a unos 100 manifestantes de extrema derecha y militantes antimigrantes.

Asimismo, en Varsovia, trabajadores polacos demandaron libertad, igualdad, socialismo, y en Viena unos 10 mil manifestantes convocados por el Partido Socialdemócrata austriaco reclamaron equidad fiscal.