El titular de la Secretaría de Salud (Ssa), José Ángel Córdova Villalobos, reconoció finalmente que han sido irregulares los reportes de los servicios de salud de los estados sobre los casos sospechosos de influenza y los cuadros graves de neumonía, lo que explica la inconsistencia de la información que se ha visto en los días recientes.

Lo anterior, no obstante que la Ssa cuenta con tres mecanismos para que los servicios estatales en la materia informen sobre la incidencia de enfermedades y muertes: el de notificación obligatoria de enfermedades se creó en 1994; la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (Rhove) data de 1997, y en 2005 se instauró uno de reporte específico para los casos de influenza.

En la emergencia sanitaria que vive el país a causa de la epidemia gripal quedó claro que varias entidades federativas no han enviado los reportes de casos a la Ssa federal. Durante toda la semana se ha carecido de información precisa en los estados respecto al número de enfermos sospechosos de ser portadores del nuevo virus A/ H1N1 de origen porcino.

El problema fue más claro aún el pasado martes 28, cuando se presentaron las gráficas del comportamiento que ha tenido la epidemia en los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), las cuales eran la única referencia confiable. El jueves, Córdova comentó sobre señales alentadoras de la estabilización en la transmisión del virus, pero, otra vez, sólo con base en los datos aportados por el IMSS respecto al descenso en la cantidad de ingresos hospitalarios.

Los datos del instituto señalan que mientras el 20 de abril fueron hospitalizadas 212 personas, en los pasados cinco días el número se ha mantenido en alrededor de 40.

La falta de información de las entidades federativas era de tal magnitud que el Consejo de Salubridad General emitió un acuerdo en el que ratifica la obligación de los estados de hacer las notificaciones diarias en la actual contingencia, como establece la normatividad.

Durante la conferencia de prensa matutina de ayer, Córdova Villalobos señaló que la dependencia a su cargo ha estado insistiendo (a los estados) en la notificación obligatoria. Además, informó que con la finalidad de contar con un mecanismo en línea, se creó el Sistema de Vigilancia Epidemiológica (Sisvea).

Dijo que ayer mismo, este programa empezaría a funcionar aceitadamente, sin exabruptos, porque es fundamental.

A esta situación se agregó la decisión de la Ssa de suspender la información sobre el número de personas que han ingresado a los hospitales con cuadros de neumonía asociados a influenza y de los decesos acumulados, con la finalidad –según dijo– de evitar confusiones.

Lo anterior, debido a que una vez que se empezaron a realizar los estudios moleculares para determinar el tipo de virus de influenza que ocasionó la epidemia en el país, se agregó a la información diaria la de los casos que progresivamente se han ido confirmando como positivos al A/H1N1, de origen porcino.

El problema de la carencia de datos confiables sobre la situación de la enfermedad en los estados hizo crisis el pasado martes, cuando Córdova quiso aclarar que de los 26 casos confirmados hasta ese momento, siete correspondían a personas que murieron por el nuevo virus.

En ese momento no explicó claramente en qué situación quedaban los otros 19, que el pasado 23 de abril fueron la causa de que se declarara la emergencia sanitaria en el Distrito Federal y el estado de México.

Otro factor que contribuyó al descontrol en el manejo de las cifras fue que algunas entidades negaron los datos sobre personas afectadas que se reportaban a escala federal, incluidos los decesos.

Ayer, Córdova reconoció que las diferencias en las cifras de los últimos días se deben a las irregularidades, además de que los estados siguen notificando casos sospechosos y estamos ya confirmando los que realmente estuvieron asociados al virus de la gripe A/H1N1.

Por otra parte, destacó que con las medidas preventivas puestas en marcha a partir del 23 de abril, de aislamiento social y principalmente la detección temprana, los afectados ya no ingresan a los hospitales. El padecimiento se resuelve en los primeros niveles de atención. De esa manera –apuntó–, el reporte de los hospitales ya no será tan necesario, como el del sistema nacional de salud en su conjunto.