En la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, el Frente Sindical Mexicano (FSM) y el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (Cilas) advirtieron, por separado, que la emergencia sanitaria por la influenza –de la que manifestaron dudas– no detendrá la lucha de los trabajadores, ni debe ser pretexto para despidos o imponer leyes y medidas que atenten contra los derechos laborales en el país.

El FSM anunció que se consensa entre las agrupaciones obreras que la marcha del Día del Trabajo tenga lugar el primero de julio. Precisó que después del martes reanudarán sus acciones contra la política laboral que impulsa el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

Consideró que el paro de actividades ordenado por el gobierno federal es innecesario, pues afectará aún más al sector productivo. Cuestionaron por qué no se ha decretado la emergencia ante los miles mexicanos que mueren por miseria y pobreza, y en cambio por la influenza humana sí.

Se agrava la creciente pérdida de empleos

Manifestó que no dejará de pronunciarse por el respeto a la vida interna de los sindicatos, como el de los trabajadores mineros de Cananea, Sonora, y de promover las demandas del sector obrero ante la creciente pérdida de empleos, que se ha agravado más con el paro obligado de actividades, así como la caída del poder adquisitivo y la deficiente seguridad social.

Luego de encabezar una guardia de honor ante el Monumento a la Independencia, los dirigentes de los sindicatos de Electricistas y de Tranviarios, Martín Esparza y Benito Bahena, respectivamente, coincidieron en denunciar que a más de 100 años de la lucha obrera de Cananea y Río Blanco persisten las malas condiciones laborales y el desconocimiento del gobierno federal a esos derechos como sucede contra los mineros.

El Cilas advirtió que la emergencia epidemiológica podría ser utilizada para aminorar los derechos de los trabajadores, por lo que llamó a los gremios a replantear y reconstruir de manera urgente el movimiento sindical independiente.