Alrededor de 100 internos se rebelaron durante tres horas tras el anuncio de que no habría visita familiar, ya que se realizarían labores de limpieza en el penal debido a la emergencia sanitaria por el virus de la influenza A/H1N1. Irritados, los reclusos quemaron colchones, basura y dos casetas de vigilancia. Un grupo especial de la policía lanzó gases lacrimógenos, golpeó a inconformes y a varios los pusieron desnudos en el piso o contra la pared. Aunque las autoridades penitenciarias aseguraron que no hubo heridos, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal confirmó que en la refriega hubo 18 lesionados Foto Alfredo Domínguez