Fui secuestrado en compañía de 36 migrantes por una banda de cinco sujetos armados (en Tenosique, Tabasco), que luego de asegurarnos que nos llevarían a Estados Unidos, nos trasladaron en una camioneta a una casa de seguridad, en Reynosa, Tamaulipas. Ahí, nos insultaron, nos golpearon con palos, nos esposaron, amarraron y amordazaron; nos obligaron a desnudarnos. Permanecí privado de mi libertad cinco meses; a mi familia le exigían un rescate del que sólo pudieron pagar 3 mil 500 dólares. Logré escapar.

Otro testimonio es el de una salvadoreña.

El secuestro ocurrió en Tierra Blanca, Veracruz. Viajaba con una compañera, también salvadoreña. Dos hombres armados nos secuestraron y nos trasladaron a una casa de seguridad. Me violaron y a mi compañera la mataron porque no tenía quién la ayudara a pagar y, como no dio ningún número telefónico, le dispararon dos veces en la cabeza y la dejaron desangrándose como tres horas enfrente de mí, para intimidarme. Pidieron a mi familia 4 mil 500 dólares. Mi familia sólo pudo entregar una parte; me dejaron salir después del pago.