Moscú, 1º de julio. La sexta ronda de consultas sobre seguridad y estabilidad en el Cáucaso, que se llevó a cabo este miércoles en Ginebra, Suiza, con la mediación de la Unión Europea (UE), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), concluyó sin acuerdo en torno al indispensable compromiso de no usar la fuerza en la región.

A poco menos de un año de la guerra que en agosto del año pasado libraron Georgia y Rusia, la cual acabó con la victoria militar rusa y su consecuente reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjazia, nadie quiere –de palabra– que estalle un nuevo conflicto armado.

Todos los participantes en las consultas –Georgia y Estados Unidos, por un lado, y por el otro, Rusia, Osetia del Sur y Abjazia– coinciden en que es necesario firmar un documento vinculante que selle un completo cese de hostilidades, pero plantean, de hecho, condiciones inaceptables para sus contrapartes.

Rusia insiste en que Georgia tiene que suscribir dicho documento con Osetia del Sur y Abjazia.

Georgia, que sigue considerando parte de su territorio a las regiones separatistas, quiere firmar sólo con Rusia, siempre y cuando retire sus tropas de Osetia del Sur y Abjazia y un contingente internacional de pacificación se ocupe de garantizar la seguridad.

Junto con estas diferencias irreconciliables, la situación en el Cáucaso se complica por la falta de entendimientos que derivó en que las misiones de la ONU y de la OCSE salieran de la zona de conflicto el mes pasado.

Al menos, se decidió hoy proseguir las consultas y celebrar la séptima ronda el 17 de septiembre, aunque probablemente ya con un nuevo formato.