El proceso fue desgastante, pero logramos instrumentarla, señala
Viernes 3 de julio de 2009, p. 8
A pesar de la complejidad para aplicar una reforma de gran calado, en especial el nuevo modelo de comunicación política, el Instituto Federal Electoral (IFE) no fue rebasado en su implementación, porque finalmente se cumplió 95 por ciento del pautaje de los espots de radio y televisión
, sostuvo el consejero presidente Leonardo Valdés Zurita.
¿Desgastante? Sí, costó trabajo, pero al final el modelo que diseñó el legislador se pudo instrumentar. ¿Qué trabajo no es desgastante?
, agregó.
Entrevistado por La Jornada en vísperas de la elección y en el contexto de una nueva confrontación con uno de los principales concesionarios de televisión, Valdés se refirió a las acusaciones de censura que Televisión Azteca imputó al IFE: El instituto no es censor, nunca lo ha sido ni lo quiere ser; respeta la libertad de expresión y la tutela, porque es un valor de la democracia
, pero debe entenderse que el organismo aplica la legislación para salvaguardar el estado de derecho que todos deben acatar.
Consideró que esas acusaciones son parte de la libertad de expresión de la televisora, pero minimizó los alcances de los efectos que pudiera tener la campaña emprendida por esa empresa con la finalidad de desacreditar al IFE por haber ordenado el retiro de anuncios de la revista Vértigo.
La sociedad mexicana tiene un gran reconocimiento por el IFE, sabe de la importancia que ha tenido en el proceso de democratización del país y conoce que el instituto no tiene esas facultades de censura.
Consideró que en el saldo de la elección no se advierten elementos que pudieran echar atrás el acuerdo político con que se logró la reforma electoral, especialmente en el modelo de comunicación política, que implicó cambios constitucionales.
Las deficiencias o los conflictos en la aplicación del modelo, sin menospreciarlos e incluso asumiendo lo que debemos hacer para aplicarlos correctamente, no son causal para modificar el acuerdo político que tuvo gran consenso.
–En la actualidad ya nadie cuestiona la organización de la elección, pero en algunos aspectos de la reforma pareció que la autoridad fue rebasada.
–Se enfrentaron retos como nunca antes en la historia del IFE, comparados con el levantamiento del padrón o la credencial con fotografía. Se aplicaron reformas de gran calado en una coyuntura compleja, especialmente en el modelo de comunicación política, que representó un reto monumental para crear la infraestructura.
Destacó que otra modificación que implicó gran complejidad fue la instrumentación de los procedimientos sancionadores, no sólo a nivel central, donde el Consejo General requirió de infraestructura y apoyo jurídico, sino sobre todo a escala distrital.
El perfil de los consejeros distritales es más ciudadano, no de especialistas en derecho para enfrentar los procedimientos sancionadores. En poco tiempo los tuvimos que hacer expertos.
Destacó que el modelo de comunicación fue la parte más llamativa, pero después la labor se centró en los procedimientos sancionadores y dentro de poco será la fiscalización.
–En el principio fueron las cortinillas impuestas por las televisoras, pero termina la campaña con una empresa acusando al IFE de censor y con los espots de Tv y novelas.
–Hay que observarlo no sólo desde el punto de vista de una televisora o concesionario, sino valorarlo en el cumplimiento de más de 2 mil 300 concesionarios. En esta reforma se tuteló el interés de los ciudadanos y se trabajó para evitar que sea la capacidad económica de un partido la que decida. Esos aspectos estuvieron en la base de la reforma y afectaron intereses comerciales de radio y televisión.
–¿No perdonan la reforma?
–No corresponde al IFE hablar al respecto.
A pesar de los alcances de la reforma, en el marco del proceso electoral surgió otro fenómeno que abrió un nuevo flanco al IFE: los llamados de diversos sectores a votar en blanco. El tema no incomodó a Valdés Zurita, que parece haber asumido ya los efectos del mismo.
El voto en blanco no es ilegal y el IFE no va a censurar a quienes lo promueven o pretenden ejercerlo. Quienes quieran anular su voto lo pueden hacer y nosotros lo contaremos escrupulosamente.
Sin embargo, debe tomarse en cuenta que esos votos no cuentan para la elección de diputados en un distrito ni para definir el financiamiento de los partidos, y no tienen consecuencia para las prerrogativas de los mismos.
Los ciudadanos que conociendo estas características, quieran anularlo, lo pueden hacer, el IFE lo contará con exactitud
, concluyó.