En Argentina, el proceso electoral se interpuso a la política contra el A/H1N1
En Santiago se llegó al pico del contagio, el número de enfermos empezará a disminuir, dice la OMS
Ante la contingencia, el gobierno unificó
los sistemas de salud público y privado
Domingo 5 de julio de 2009, p. 33
Cancún, QR, 4 de julio. Apenas inició el invierno austral y a un mes y medio de haberse reportado el primer enfermo de influenza A/H1N1, Chile acumula más de 8 mil casos confirmados –en tres meses México lleva 11 mil–, 200 hospitalizados y 14 muertos.
Jeanette Vega, viceministra de Salud de ese país, aseguró que en este periodo se triplicó la demanda de consultas médicas en centros de salud y áreas de urgencia. Para poder recibir a todos los afectados en los hospitales se suspendieron cirugías programadas, las citas mensuales de pacientes crónicos (diabetes, hipertensión), así como las de control pediátrico. Las embarazadas fueron enviadas a otras unidades.
Aun así, admite la funcionaria, los pacientes tienen que esperar hasta tres horas en los hospitales antes de ser atendidos. Advirtió que este escenario es muy cercano a lo que vivirá México para finales de año. La epidemia que afectó a los mexicanos se dio cuando la temporada invernal ya había finalizado. El 23 de abril, la Secretaría de Salud (Ssa) dio a conocer la presencia de la nueva cepa de gripe.
En entrevista, durante la reunión de alto nivel Lecciones aprendidas de la influenza A/H1N1, Vega comentó que la infección viral en Chile se ha dado por regiones, lo que permite modular
los servicios médicos, es decir, enfocar la atención a la zona donde se reportan los enfermos. Sin embargo, reconoció que sin las medidas que tomó el gobierno en clínicas y hospitales, la capacidad de atención habría sido rebasada y, seguramente, el número de muertos sería mayor.
Subrayó que ante la incertidumbre de si la vacuna estará disponible para diciembre, como se planteó en la reunión que se realizó en este destino turístico con la presencia de la directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, y representantes de 43 países, lo mejor es que el hemisferio norte se prepare para tener un incremento importante en la demanda de consultas médicas por influenza.
Incluso, dijo, es muy probable, como ocurre en Chile, que sólo se reporten infecciones causadas por el nuevo virus A/H1N1. En el país sudamericano apenas 2 por ciento corresponde a las cepas estacionales.
El caso de Chile destaca porque es el primer país del hemisferio sur que tiene la información estadística completa, a diferencia de Argentina, donde se habla de 100 mil enfermos y más de 44 muertos, pero los datos no están disponibles.
En la reunión internacional, Mirta Roses, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que el proceso electoral se interpuso a las políticas de salud y es hasta ahora, después de los comicios, que se empieza a conocer la información real sobre los efectos de la pandemia en Argentina.
Jeanette Vega explicó que en Chile la enfermedad tiene características similares a las que se reportaron en el norte del continente: severidad moderada, pero un gran número de enfermos. Este año la cifra de personas con influenza se duplicó con respecto a la registrada en 2008, debido principalmente a que toda la población es susceptible de contraer el nuevo virus.
Destacó la importancia de que, desde ahora, México se prepare con la compra de ventiladores para controlar las complicaciones respiratorias que son comunes en adultos jóvenes. También se debe incrementar el número de camas hospitalarias y el personal de salud. En Chile se ha recurrido, incluso, a los estudiantes de medicina del último año, además de que las unidades de atención primaria están abiertas las 24 horas.
Sobre el perfil de los enfermos, Vega indicó que es similar al de otros países, con una gran cantidad de pacientes en edad escolar, aunque con cuadros leves, mientras que entre los adultos jóvenes, de 20 a 49 años, presentan complicaciones severas y alta mortalidad. Alrededor de 40 por ciento de los fallecidos eran personas previamente sanas y el resto, 60 por ciento, tenían padecimientos crónicos, como obesidad y diabetes.
Recordó que el invierno en el hemisferio sur abarca de junio a septiembre y calculó que en Santiago ya se llegó al pico de la pandemia, por lo que el número de enfermos empezará a disminuir, aunque todavía tenemos que esperar
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Mencionó que para esta contingencia, el gobierno decidió unificar
los sistemas de salud público y privado, y desde el centro se toman las decisiones respecto a los lugares donde se debe enviar a los enfermos para su atención clínica. Lo anterior, con la finalidad de evitar que los hospitales se vean saturados.
Vega explicó las medidas preventivas que se impulsaron en Chile y detalló que la suspensión de actividades escolares se dio únicamente en las zonas donde se reportan los brotes de infección. Lo mismo pasa con los espectáculos masivos, donde existe riesgo de transmisión.
La funcionaria chilena destacó que a partir de la emergencia sanitaria en México, en su país se empezaron a diseñar las acciones que se aplicarían en esta temporada. De otra manera, admitió, el escenario habría sido totalmente distinto. Seguramente se nos habrían terminado los ventiladores porque habrían estado ocupados con pacientes sometidos a cirugía, y las camas de hospital habrían sido insuficientes
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