El programa de renovación del parque vehicular, impulsado por el gobierno federal, enfrenta una traba burocrática enorme debido a que deja en manos del usuario todos los trámites del proceso, señaló Armando Bravo, director del Centro de Desarrollo de la Industria Automotriz del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Explicó que según los pasos publicados por la Secretaría de Economía (SE), los interesados en acceder al programa deben acudir primero a un distribuidor autorizado de las marcas General Motors, Nissan, Renault, Volkswagen, Chrysler, Ford, Toyota o Honda (que son las que participan) en donde deben manifestar su interés de beneficiarse del Programa de Renovación Vehicular y seleccionar el vehículo, siempre y cuando el precio no supere los 215 mil pesos.

La distribuidora analizará la capacidad de pago del interesado y en caso de autorizarle el crédito, éste deberá acudir ante las autoridades de su localidad a dar de baja el vehículo.

Luego, el interesado debe acudir a una empresa destructora autorizada a entregar el auto, que para ser admitido tiene que tener más de 10 años de antigüedad, circular por su propio impulso y haber sido facturado por un concesionario establecido en el país, además de tener todos los papeles en regla.

La chatarrizadora entrega un certificado de destrucción y el interesado debe regresar a la concesionaria a entregar los documentos que comprueben la destrucción del vehículo para que le hagan efectivo el descuento de 15 mil pesos.

Mayores incentivos

Bravo señaló que en un programa similar aplicado en Estados Unidos basta con comprobar la propiedad, legalidad y no adeudos del auto para acudir a una agencia y ésta es la que se encarga de todos los trámites.

Allá el proceso es tan práctico y transparente que no veo razón por la cual no se pueda hacer algo parecido aquí (...). El mismo fondo de ayuda del gobierno debería incluso contemplar los gastos administrativos que las agencias pudieran tener, apuntó.

El académico sostuvo que el programa es bueno en cuanto a sus intenciones, pero resulta insuficiente la cantidad ofrecida y recordó que mientras aquí se destinaron 500 millones de pesos (38.6 millones de dólares) como monto inicial, en el vecino país se invirtieron 3 mil millones de dólares, 4 mil 500 dólares por cliente, lo que generó un mayor incentivo en los usuarios para cambiar de auto.

De acuerdo con un reporte del grupo financiero Invex, el programa Cash for Clunkers (Dinero por chatarra), implementado por el gobierno estadunidense, ha tenido tanto éxito que es una de las razones principales por las que la economía norteamericana alcanzara un crecimiento de 3 por ciento durante el tercer trimestre, según previsiones.

En México este miércoles, la Secretaría de Economía asignó los primeros 250 millones de pesos a las armadoras participantes, distribuidos en función de la producción de cada una en los pasados cuatro años.

Finalmente, Bravo señaló que el tema de la logística podría resultar un problema, debido a que hasta el momento sólo participan tres empresas destructoras, una en el estado de México, otra en Chihuahua y la última en Nuevo León, apuntó que la infraestructura podría resultar insuficiente para destruir los 33 mil vehículos que se tienen contemplados.

La parte alta de todo el proceso, es decir, la SE, las armadoras y las agencias, ya estarían prácticamente listas, pero la parte difícil es la de la destrucción. Aquí es donde está el atorón puntualizó.