El ajuste en las finanzas públicas combinaría menor gasto y alzas en precios públicos
Gobernadores, dispuestos a explorar alternativas de deuda antes que optar por más impuestos
Domingo 9 de agosto de 2009, p. 26
Los analistas de Banamex y Santander, dos de los principales grupos financieros en México, coincidieron en señalar que la actual coyuntura puede no ser políticamente propicia para impulsar una reforma fiscal, por lo que el ajuste en las finanzas públicas podría venir en forma de una combinación de menor gasto, revisiones al esquema de precios públicos con alzas en los energéticos, así como algunos impuestos indirectos a productos como cigarros y bebidas. Descartaron la aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos y medicinas.
Los especialistas de Banamex –filial del global Citi–, Nydia Iglesias y Jorge Pastrana, señalaron que los nuevos diputados se enfrentarán a una agenda especialmente cargada, no sólo porque tendrán que glosar el Tercer Informe de Gobierno, sino también porque el paquete presupuestal deberá entregarse pronto al Congreso y, presumiblemente, provocará un complejo y acalorado debate, dada la debilidad de las finanzas nacionales asumida para el próximo año.
Creemos que el presidente Calderón enviará al Congreso, junto con el paquete presupuestal para 2010, una iniciativa de reforma fiscal para que los legisladores inicien la revisión de soluciones alternativas al problema fiscal. No obstante, la coyuntura puede no ser políticamente propicia
.
El presidente Calderón está interesado en construir una salida estructural a la debilidad fiscal de la economía, pero la recesión establece un escenario muy complicado para discutir nuevos impuestos o el incremento de tasas. En tanto, el intenso calendario electoral de 2010 sugeriría que la agenda de corto plazo del PRI difícilmente contemplará una reforma fiscal sustantiva. Esto porque el tricolor parece convencido, desde ahora, de que tiene asegurado el regreso a la presidencia, si logra mantener un paso electoral victorioso en los próximos dos años.
En esa lógica, puede resultar poco sensato para el PRI, autorizar modificaciones fiscales sustantivas antes de la segunda mitad de 2010, cuando haya ya transcurrido la mayor parte de las elecciones locales de ese año. Los gobernadores priístas querrán garantizar fuentes alternativas de ingreso, ya que la mayor parte de sus recursos provienen de las participaciones federales, pero, aparentemente, están dispuestos a explorar alternativas de deuda antes que optar por la discusión fiscal, inmediatamente dolorosa. Por ello, estimamos que el momento político es poco propicio para avanzar significativamente en una solución estructural al problema fiscal en México.
Por su parte, los expertos del grupo financiero Santander, propusieron un escenario base en que el gobierno del presidente Calderón tomará la misma estrategia que ha seguido durante todo su mandato: proponer reformas políticamente viables con cierto nivel de sensatez económica, pero de ninguna manera esperamos un cambio radical sobre el marco fiscal existente
.
Así, el ajuste podría venir en forma de una combinación de menor gasto, revisiones al esquema de precios públicos (gas, gasolina, electricidad, transporte público), así como la introducción de algunos impuestos indirectos (IEPS en productos como cigarros y bebidas). Aquí, cabe mencionar que no esperamos que la discusión sobre la introducción del IVA esté sobre la mesa
.
Según lo que han comentado algunos funcionarios, el gobierno podría estar considerando la idea de aplicar impuestos especiales sobre canastas diferenciadas de productos. Por ejemplo, con un argumento de salud pública, se podría gravar productos considerados comida chatarra con el fin de disminuir los índices de obesidad en la población, que en los últimos años se han disparado considerablemente.
Los analistas de ambas firmas financieras recordaron que ante la crisis el balance fiscal rondaba el 0 por ciento del producto interno bruto (PIB). De acuerdo con los pronósticos de Banamex, el déficit fiscal de este año superará 2 por ciento del PIB y podría acercarse a 3 por ciento en el 2010.
En tanto, los especialistas de Santander afirmaron que este incremento en el déficit fiscal podría estar acompañado de mecanismos para regresar al balance fiscal una vez que la recesión haya pasado y la economía se haya estabilizado, lo que seguiría mostrando el compromiso del Estado mexicano con la disciplina fiscal.