De 2000 a 2009 se desploma casi 34 puntos porcentuales el consumo de la gran industria
Viernes 27 de noviembre de 2009, p. 11
La soterrada apertura del sector eléctrico a la inversión privada se tradujo en una caída de 31 por ciento en la generación bruta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la cual se refleja, por ejemplo, en un desplome de 25.5 por ciento de las ventas al sector comercial, de acuerdo con datos y estadísticas oficiales.
En general la iniciativa privada ha logrado penetrar en el sector eléctrico mexicano mediante inversiones que, de acuerdo con informes de la CFE, suman un total en el sector por 28 mil 968 millones de dólares, cifra equivalente a 73 por ciento de la deuda externa del gobierno federal (39 mil 761.3 millones de dólares).
Mientras los antaño grandes consumidores industriales, comerciales y de servicios representaban 72.2 por ciento de las ventas, cada vez una mayor proporción busca obtener un permiso de autoabastecimiento.
El consumo doméstico, aunque representa la mayor proporción de clientes, 88.14 por ciento, sólo equivale a 27.8 por ciento de las ventas de la paraestatal.
De ahí que, según reportes de la propia CFE, el consumo medio de la considerada gran industria
sufriera entre 2000 y 2009 un desplome de casi 34 por ciento; que el de la llamada mediana industria
se contrajera 31.3, mientras en el mismo periodo el consumo medio agrícola bajó 15.8 por ciento.
Los 595 permisos vigentes de autoabastecimiento, utilizados por grandes corporativos y empresas para disminuir el gasto en energía eléctrica, se concentran en entidades como Campeche, Veracruz, Jalisco, el estado de México y el Distrito Federal, de acuerdo con informes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Sin embargo, las inversiones que realmente han penetrado el sector son mediante el esquema de productores externos de energía, con 58 autorizaciones otorgadas por la CRE, pero con sólo 21 centrales eléctricas en operación comercial.
En ese régimen las empresas privadas producen la energía y la venden a CFE, que se encarga de distribuirla en todo el país.
Esos permisos se encuentran en manos de inversionistas extranjeros como las españolas Unión Fenosa (con plantas en Hermosillo, Nogales y Tuxpan) e Iberdrola (Monterrey, Altamira, Tamazunchale y La Laguna); las japonesas Mitsubishi (Tuxpan y Altamira) y Mitsui (Valladolid, Yucatán); las estadunidenses AES (Mérida) e Intergen (con plantas en el Bajío y Rosarito); la francesa EDF International (Endesa, con plantas en río Bravo, Tamaulipas, y Saltillo), y la canadiense TransAlta, con plantas en Campeche y Chihuahua.
Estas empresas solas representan 22.81 por ciento de la capacidad de generación total del país, aunque algunas versiones hablan de 35 por ciento. La misma CFE reconoce que para cumplir con el objetivo de CFE de cubrir las necesidades de energía del país, se ha ido aumentando la capacidad de generación de electricidad bajo el esquema PEE
(productor externo de energía).
Como muestra, sólo la española Iberdrola, que se sitúa como la primera empresa eléctrica de su país por su valor de capitalización en el mercado bursátil local, encabeza el sector privado de electricidad en México, con una capacidad instalada superior a 6 mil megavatios. México representa por sí solo 61.5 por ciento de su negocio en América Latina.