Brasil y El Salvador, en declaraciones por separado, criticaron la negativa del régimen de facto hondureño sobre un pedido de salvoconducto para permitir que el presidente constitucional Manuel Zelaya pudiera salir a México.

El canciller brasileño, Celso Amorim, calificó como inaceptable poner condiciones a la salida de Zelaya, de su embajada en Tegucigalpa. Ese alegato, señaló, del gobierno golpista es inaudito, no pueden crear las condiciones para que salga del país. Demuestra la marginalidad de ese gobierno respecto a las normas internacionales.

Amorim dijo que la salida de Zelaya fue gestionada por Brasil y Argentina a pedido del mandatario, que sugirió a México como destino. Apuntó que Estados Unidos estaría frustrado por el fallido intento de que pudiera partir.

El gobernante brasileño Luiz Inacio Lula da Silva encabeza al grupo de naciones que no reconocen las elecciones en Honduras y organizadas por los golpistas, el pasado 29 de noviembre.

El gobierno del presidente salvadoreño, Mauricio Funes, dijo que haberle negado a Zelaya la salida entorpece la resolución de la crisis en ese país y afecta el clima de distensión, indicó el canciller salvadoreño Hugo Martínez.

El presidente panameño, Ricardo Martinelli, reiteró su apoyo a las elecciones en Honduras ganadas por el derechista Porfirio Lobo.