La secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Patricia Espinosa, prácticamente dio ayer por concluidas las negociaciones que realizaba con el gobierno de facto de Honduras, para el traslado a México de Manuel Zelaya, al resaltar que en este momento estamos simplemente a la expectativa de cómo evolucionen las cosas en el país centroamericano.

Agregó que el gobierno mexicano está en la disposición de acudir en apoyo de personas que están en una situación complicada.

Entrevistada luego de participar en la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, la funcionaria informó que tuvo una conversación telefónica con Zelaya la noche del miércoles y todo parece indicar que las posibilidades de que este traslado se dé no están vigentes.

Sin embargo, dijo que México seguirá dispuesto y atento a buscar formas para contribuir a la solución de la crisis hondureña, que sobre todo afecta a la sociedad, a los pobres y a la estabilidad de la región. También está afectando a algunas personas y de manera señalada al presidente Zelaya.

Poco antes de viajar a Cuba para entrevistarse con su homólogo Bruno Rodríguez, Espinosa recordó que a petición del mandatario derrocado inició gestiones para obtener un salvoconducto y que éste pudiera trasladarse de la embajada de Brasil al aeropuerto de Tegucigalpa y desde ahí a México.

Agregó que la calidad migratoria con la que se admitiría a Zelaya apenas se estaba definiendo, pero el gobierno de facto estableció ciertas condiciones para permitirle el libre tránsito a la terminal área y de ahí salir a México, en donde estaría por un tiempo que aún no se había definido.

Previo a la negativa del gobierno golpista de otorgar el salvoconducto para Zelaya, informó que un avión del Estado Mayor Presidencial salió rumbo a Honduras para atender la solicitud del presidente constitucional, pero las autoridades de facto solicitaron que la aeronave saliera del espacio aéreo hondureño y éste se vio obligado a aterrizar en El Salvador.

Rechazó por último que la gestión mexicana se haya hecho a petición de Estados Unidos.

Mientras, la Organización Demócrata Cristiana de América consideró ayer que Zelaya no es el presidente de Honduras, y resaltó que fue separado del cargo por decisión convergente de la Suprema Corte de Justicia, el Congreso, el fiscal general y el defensor de los derechos humanos.

El organismo dio un voto de confianza a la política exterior desplegada por la diplomacia mexicana con respecto al país centroamericano. Al dar hospitalidad a Zelaya, México es congruente con su política de asilo, dijo.