Buenos Aires, 17 de marzo El ex dictador Jorge Rafael Videla apeló hoy al argumento de cosa juzgada y se negó a declarar en la causa en la que se lo juzga por delitos de lesa humanidad ocurridos en el Primer Cuerpo del Ejército; mientras que el marino Alfredo Astiz reivindicó lo actuado y acusó a la presidente Cristina Fernández de Kirchner de haber dado órdenes expresas y públicas a la Corte Suprema para que no lo excarcelen.

Dos de las figuras más emblemáticas de la dictadura militar (1976-1983) no sólo no mostraron arrepentimiento ni respeto a los familiares, sino que fueron en todo momento desafiantes.

Videla despreciando a la justicia se remitió a lo que declaró en el año 1984 ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, según dijo su abogado defensor, Luis Boffi. Esto indica también que sólo admite la justicia militar, que no existe hoy para esta clase de juicios de lesa humanidad.

El hombre que estuvo al frente del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y fue el primer presidente de las Juntas militares, responsables de 30 mil desapariciones forzadas, tormentos contra miles de otras, robo sistemático de niños nacidos en cautiverio y otros delitos de lesa humanidad, no tuvo ni siquiera el gesto de un jefe militar de asumir responsabilidades como tal.

Apeló también al argumento de la prescripción para no responder a la indagatoria del juez federal Daniel Rafecas.

Después de una lucha de familiares de miles de víctimas se ha logrado que se lo aloje en una cárcel militar en Campo de Mayo, porque estaba cumpliendo prisión domiciliaria hasta hace poco tiempo. También considera sus jueces naturales a los tribunales militares, con lo cuál desconoce el derecho a ser juzgado por la justicia civil y penal por sus crímenes.

En este juicio se los indagaba por 600 casos de violaciones a los derechos humanos que se suman a otros por los cuáles fue investigado en otras causas.

Videla también deberá comparecer por los crímenes cometidos en el marco de la Operación Cóndor, coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur, donde está acusado de constituir con otros dictadores una asociación ilícita para espiar, secuestrar, torturar, trasladar ilegalmente presos políticos de unos países a otros, y formar comandos conjuntos para asesinar en distintos países a los “blancos “ elegidos, entre otros crímenes de lesa humanidad. Entre los nuevos hechos por los que se le juzga ahora está el caso del joven alemán, Rolf Nasim Stawowiok, y también está elevado a juicio el de otra ciudadana de nacionalidad alemana, Elizabeth Kasseman. El gobierno alemán había pedido su extradición por este último caso.

Astiz, que siendo teniente de marina se infiltró en la naciente organización de las Madres de Plaza de Mayo, señaló a tres de las fundadoras cuando las secuestraron junto a dos monjas francesas y a otras personas en 1977, y llevadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), torturadas y luego arrojadas al mar aún vivas, se declaró como democrático y profundamente republicano.

Ante el Tribunal Oral Federal Cinco, reivindicó la lucha contra el terrorismo que, apoyado por Cuba y la Unión Soviética buscaba tomar el poder a través de la violencia y negó haber cometido delitos de lesa humanidad, a pesar de la cantidad de pruebas y testimonios que existen en las causas.

Luego acusó a la presidenta Fernández de Kirchner de haber dado órdenes a la Corte Suprema para que no disponga su excarcelación y al ex presidente Néstor Kirchner de haber producido un golpe de Estado en 2003 al disponer la recomposición de la Corte Suprema de Justicia para conseguir una mayoría automática en ese tribunal.

Como se conoce fue la Corte más democráticamente elegida desde los comienzos de la transición democrática y legisló en varios momentos contra el gobierno actual.

Una hora y media declaró Astiz en el juicio que se lleva contra la ESMA, donde comparte el banquillo de los acusados con otros 18 ex marinos. Desafiante decidió renunciar a su defensa al considerar como una comisión especial de facto que ya tiene la sentencia firmada, al tribunal que lo está juzgando.

Como se conoce, en los últimos tiempos y alentados por el golpe en Honduras y algunos políticos locales, como el caso del ex presidente Eduardo Duhalde que ha tirado una línea a los militares de la pasada dictadura u otros que hablan de reconciliación, hay reuniones e incluso participación activa de muchos de estos en la Fundación UnoAmérica fundada en Colombia en diciembre de 2008 y que reúne a lo más granado de militares de las pasadas dictaduras y sus apoyos civiles. Precisamente el ex dictador Roberto Micheletti de Honduras condecoró a la presidencia de UnoAmérica por su participación y ayuda en el golpe de estado. También se sabe manejan comandos de mercenarios en roda la región.