Jueves 25 de marzo de 2010, p. 41
En el tema de la buena alimentación, las personas deben conocer cuáles productos se deben consumir de manera habitual y cuáles sólo de manera esporádica, por lo que el debate entre buenos y malos
es inexistente, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor. Bajo esa premisa se tendría que prohibir a las empresas refresqueras anunciar sus bebidas –como ahora lo hacen– para la comida, la cena y a todas horas. Tampoco debería permitirse la promoción del consumo diario de los mal llamados cereales de caja, porque no son cereales, sino harinas refinadas con alto contenido calórico
, además de que su costo es 50 por ciento superior a los verdaderos cereales, como la avena, señaló.
El activista participó ayer en el Foro Regional sobre Salud Alimentaria, organizado por la Secretaría de Salud, en coordinación con las autoridades del DF. Reconoció que en el gobierno hay buenas intenciones para revertir el problema del sobrepeso y la obesidad, el cual lo ha puesto contra la pared
.
Lo que ahora falta son las definiciones y comprobar si en esta lucha prevalecerá el interés público sobre el privado, lo cual hasta ahora no ha ocurrido. De ahí que se mantenga un ambiente obesigénico, que en las escuelas se vendan productos chatarra y prevalezca la publicidad engañosa dirigida a la infancia.
En relación con los lineamientos para las cooperativas escolares que la SEP está elaborando y se supone que entrarán en vigor a partir del próximo ciclo escolar, Calvillo planteó que se tendrá que aceptar sólo alimentos sanos, no nos vayan a venir con que habrá productos con un poco menos de azúcar pero llenos de colorantes y saborizantes artificiales
. Mencionó que si el consumo de frutas y verduras bajó 40 por ciento en los pasados 20 años, las autoridades tendrían que alentarlo para revertir esa tendencia. Por otra parte, advirtió sobre el crecimiento acelerado de los restaurantes de comida rápida, sin que autoridad alguna verifique lo que ahí se ofrece.