Rebrote de violencia en los estadios de futbol
a violencia volvió a rondar en los estadios. El Universitario y la Corregidora fueron escenarios de grescas descomunales con saldo de varios heridos durante la fecha 12 del torneo Bicentenario, lo cual deja claro que México no está listo para el retiro de las mallas metálicas, como pretendía la FMF. Además, permite entrever los tejemanejes que se dan entre algunas barras y directivas.
En Tigres quedó de relieve el pacto entre la porra Libres y Lokos y la dirigencia que encabeza Santiago Martínez, quien da las prebendas habituales (boletos y viajes) a los líderes del grupo de animación a cambio de apoyo, y sobre todo paciencia hacia el cuadro que dirigía el técnico Daniel Guzmán.
Pero se sobrepasaron, pues cuando el resto de la afición felina pidió a coro cesar al Travieso, tras la goleada ante Cruz Azul, los cabecillas tuvieron la puntada de acudir a algunos entrenamientos para manifestar su presunto respaldo. El pasado sábado los aficionados exigieron de nuevo la salida del timonel por la derrota ante Toluca y los barristas arremetieron contra gente anónima que se desbordó hasta la cancha.
A Santiago Martínez, hijo de Salvador Martínez Garza, quien perdió una fortuna durante su gestión como presidente del Guadalajara, lo une una fuerte amistad con Guzmán y con capricho de millonario se había aferrado a la idea de hacer una dupla mágica que por fin sacaría de apuros al equipo más querido de Nuevo León.
Todo indica que hasta aquí llegó el sueño guajiro y que Martínez se sumará a la lista de fracasos que acuñó su antecesor Enrique Borja, mientras Guzmán no se salvó de la guillotina.
Al estadio Corregidora de Querétaro llegaron a hacer desmanes los rijosos de la Barra 51 y Furia Rojinegra del Atlas. El termómetro sube en estos grupos, se están volviendo intolerantes a las derrotas, y en el festejo ajeno, como el de ayer de los Gallos, se olvidan de que es sólo un juego de futbol.
Daniel Guzmán sacará grandes lecciones de este reto incumplido, mucho más que el exitoso paso que tuvo por equipos como Santos, Tecos, Chivas, Veracruz y Atlas. En varios llegó en condición de bombero y salió airoso, pero el caso de Tigres es extremadamente grave, ahora con problemas de descenso. El Chelís Sánchez Solá se salvó y tras emotivo partido rubricó la permanencia con el Puebla.
Los resignados Indios vieron cumplirse su fatídico destino y jugarán el próximo torneo en el circuito de Ascenso. El equipo no logró hacer contrapeso al drama cotidiano de la ciudad fronteriza. El dueño, Francisco Ibarra, pregonaba que cuando había partido de futbol los índices de violencia bajaban casi hasta desaparecer.
Ibarra concluyó su aventura en el futbol y ahora busca comprador para su devaluada franquicia, misma que adquirió en un millón de dólares antes de ascenderla. En tanto, el estadio Olímpico Benito Juárez quedó como un elefante blanco más en espera de albergar el próximo año algunos partidos del Mundial Sub-17.
Chivas salió de su letargo, dio una paliza a los Santos de Rubén Omar Romano y está a un paso de amarrar su boleto a la liguilla. Todo indica que el conjunto tapatío puede conseguir la clasificación en la fecha 13, en el clásico contra América, antes de que sus jugadores más brillantes, con Javier Hernández a la cabeza, abandonen al equipo en pos de su aventura mundialista.
Santos, Monterrey, Cruz Azul, Pumas y Morelia perdieron el paso victorioso. No obstante, son los clubes que se perfilan como los más abocados a cuartos de final. Toluca, Querétaro, América, Pachuca y Estudiantes están entre los que aspiran a colarse, pero requieren mayor consistencia en la recta final del torneo regular.
Con el desabrido e insulso partido contra Islandia acabó la etapa de observación del seleccionador Javier Aguirre, la cual abarcó a 38 jugadores. Lo malo es que mientras algunos confirman que están para la Copa del Mundo de Sudáfrica, como es el caso del Chicharito Hernández con su gran derroche físico, otros trastabillean y están cayendo en errores como los porteros Guillermo Ochoa y Luis Michel.
