Extrasensorial
Mala percepción
En NL, microgóber
Legiones de pederastas
Cuernavaca, ¿embrión de Ciudad Juárez?
La venta de la cervecería Sol y Tecate
Ricky Martin: el destapadero que viene
Petrolera anglosajona vaticina guerra civil en EU
Costo económico de la influenza
Carstens y su fallida bola de cristal
Realidad e inquilino de Los Pinos
a organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) publicó ayer un reporte titulado Sentencias de muerte y ejecuciones en 2009, en el cual se consigna que, el año pasado, al menos 714 personas fueron castigadas con la pena capital, en tanto que otros 2 millares fueron sentenciados a muerte en una cincuentena de naciones. De acuerdo con ese documento, los estados que más recurrieron a esa sanción fueron Irán, con 388 ejecuciones; Irak, con 120; Arabia Saudita, con 69, y Estados Unidos –la única nación del continente americano que aplicó este castigo durante el año anterior–, con 52, además de China. Si bien las cifras sobre este último país resultan inciertas, toda vez que las autoridades de Pekín mantienen la información oficial al respecto como secreto de Estado. Finalmente, AI expresó su satisfacción por el avance de la abolición de esta pena en el mundo, toda vez que un total de 95 naciones la han eliminado de sus leyes y otro medio centenar lo ha hecho en la práctica.
¿Hacia dónde nos llevan?
a realidad para miles de nosotros como jóvenes es incierta e insegura, las reiteradas situaciones en que nos hemos visto involucrados, afectados, agredidos, hasta acabar con nuestras vidas, son ya una preocupación desde hace algunos meses para nosotros. Con un modelo económico asimétrico, que ha excluido a más de 7 millones de jóvenes dejándolos sin estudiar, ni trabajar; ausencia de oportunidades educativas, aunada a un recorte presupuestal a la educación superior; criminalización de la protesta social, con cientos de compañeros detenidos como presos políticos, y hoy la violencia que se ha generado de la guerra que ha emprendido el Estado calderonista
en contra del narcotráfico, del cual se han desprendido hechos lamentables, como la muerte de 15 compañeros en Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez; de los compañeros estudiantes Jorge Mercado Alonso y Javier Arredondo Verdugo, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, y el reciente hecho en donde 10 niños y jóvenes fueron asesinados cobardemente en un falso retén en Durango tras recibir becas para poder continuar con sus estudios y su desarrollo humano. Ante todo ello, manifestamos nuestro repudio y alzamos la voz en contra de las reiteradas acciones que se han estado presentando en contra de nosotros los jóvenes mexicanos, expresando al mismo tiempo nuestra preocupación ante la falta de políticas públicas dirigidas a este sector. Nos preguntamos: ¿adónde nos orillan?, ¿qué posibilidades de actuación tenemos en el desarrollo de nuestro país? y ¿dejarán que sigan ocurriendo más ejecuciones en contra de los jóvenes?
os cataclismos trastornan la vida de los pueblos. El Diluvio anegó las civilizaciones de la Mesopotamia bíblica, la corriente de El Niño influyó en el declive de los antiguos mayas; el terremoto de 1985 cimbró el orden político en México; pequeños estados insulares empiezan a ser tragados por el Pacífico; California se desprenderá del continente mañana, o en los próximos 500 años; la tala de la Amazonia (pulmón del planeta) deja áreas gigantescas de color ocre.
a conformación derechista del sistema mexicano fue un proceso lento, guiado y consistente. Poco a poco las cúpulas públicas, en sus variadas versiones, fueron remplazando los remanentes con perfiles nacionalistas heredados de la pasada Revolución. La sustitución no cayó en contemplaciones: fue directa, abarcante e insensible a famas, intenciones justicieras, apoyos ciertos, méritos individuales o de grupos El viejo directorio inició así su etapa de destierro sin causar disturbios o tajantes oposiciones, simplemente fueron esfumándose para gozar de lo obtenido y recordar glorias. Los demás, una capa de funcionarios y políticos de menor talla, se subordinaron ante una camada de jóvenes y ambiciosos tecnócratas adoctrinados en el exterior, curas rellenados con prebendas, empresarios de gran tamaño en control de centros neurálgicos y una obsequiosa madeja de difusores y consejeros a su servicio.
esde hace más de un año hemos venido advirtiendo, en nuestras colaboraciones, un creciente deterioro en la conducción pontifical y hemos narrado críticos episodios sucesivos que han venido erosionando la potestad del Papa.
l sufrimiento, personal o comunitario, suele tener límites. Cuando se rebasa la capacidad de soportarlo, quien, o quienes lo padecen, pueden o no responder. Si se trata de una persona enferma –sufrimiento físico– la opción podría ser abandonar el tratamiento y buscar otras alternativas; si la condición es terminal, es lícito bregar por una salida digna de acuerdo a los valores propios (suicidio asistido, eutanasia activa, ofrecer el sufrimiento a Dios). Si se trata de una persona que es humillada por su pareja, por algún familiar, o por su patrón –sufrimiento moral– el afectado podría romper la relación o agredir a la contraparte.
adie imaginó que la crisis financiera y económica global pondría al euro en grave peligro. Pero hoy eso es evidente: la debacle de la economía en Grecia le ha colocado una gran piedra en el pescuezo. Y hay muchos interesados en verlo hundirse en las oscuras aguas de la especulación financiera.
or qué unos cuadros cuyo centro es el absurdo, la vecindad imposible de las cosas, nos siguen cautivando? ¿Por qué un hombre con una manzana por rostro, una mujer desnuda mimetizada con el cielo y un peine tan grande como una recámara atrapan una y otra vez nuestra atención? ¿Por qué la cabeza de una escultura con una mancha de sangre nos obliga a mirarla? Mujeres que son peces, que son sueños; hombres que siempre ocultan el rostro o nos dan la espalda; hombres que son lluvia, caída múltiple, persistencia; palomas con cuerpo de cielo, indumentarias que son cuerpos, personajes que son paisaje, que son nubes, que son sombra, forman parte del inventario iconográfico de René Magritte, que a más de medio siglo sigue ganando adeptos.