Sábado 17 de abril de 2010, p. 19
La Paz. Un millar de comuneros de la zona norte de Potosí quemaron oficinas de la empresa minera San Cristóbal, una de las mayores extractoras de plata a cielo abierto del mundo, en la estación ferroviaria Avaro, fronteriza con Chile, a unos 500 kilómetros al suroeste de esta ciudad. Indígenas de Nor Lípez exigieron a autoridades nacionales y locales la electrificación de la zona y frenar el excesivo gasto de agua
de la minera, estimado en 50 mil litros de agua al día. Los residentes locales padecen carestía del líquido y se quejan de la sobrexplotación de acuíferos, por lo que demandaron la creación de un impuesto al agua para la minera, filial de la trasnacional japonesa Sumitomo. Pidieron que la sede de la Empresa Boliviana de Recursos Evaporíticos, que se encargará de la explotación del litio y el potasio del salar de Uyuni, se ubique en la localidad de Río Grande.