En 2006 López Obrador cometió varios errores, explica
discreto y ejecutivode gobernar, refiere Krauze
Sábado 24 de abril de 2010, p. 12
El libro Historia de México, publicado por el gobierno federal para las fiestas del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, es obra de 13 historiadores, recorre en 282 páginas desde los orígenes de Mesoamérica hasta 2008 e incluye una presentación del presidente Felipe Calderón.
Con tiraje de un cuarto de millón de ejemplares, la obra concluye con un capítulo sobre la historia contemporánea, elaborado por el historiador Enrique Krauze. En éste señala por ejemplo que Calderón tiene un estilo discreto, serio y ejecutivo
, que contrasta con el de su antecesor, Vicente Fox, y que sus resultados son los mejores de la historia en el combate al narcotráfico, pese a las 7 mil 882 muertes registradas entre el 2 de diciembre de 2006 y el 2 de diciembre de 2008.
En esta nueva versión
de la historia, según Alonso Lujambio, titular de la Secretaría de Educación Pública, Calderón aprovecha para enviar un mensaje político, donde plantea la obligación de los mexicanos de trabajar juntos para que haya una convivencia ordenada y pacífica.
El último apartado aborda también los procesos electorales de 1988 a la fecha y expone que según versiones serias habría triunfado el candidato presidencial de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, pero el aparato político no reconoció su triunfo y puso en juego toda su capacidad de maniobra para dar la victoria al candidato oficial, Carlos Salinas de Gortari. De no haber mediado la sensatez y el patriotismo de Cárdenas, explica que el país se hubiera precipitado en la violencia política.
En el caso de la elección de 2006, el libro –que se venderá en librerías y puestos de periódicos en 39 pesos– refiere que Fox pretendió atajar el ascenso de Andrés Manuel López Obrador mediante su desafuero, y lo único que logró fue afianzar más su arraigo. Sin embargo, añade, el perredista cometió varios errores tácticos que para sorpresa general determinaron su derrota ante Calderón por estrechísimo margen y que en el país se vivieron momentos de peligrosa tensión, aunque la civilidad privó sobre la provocación y las amenazas de violencia.
En su evaluación del gobierno foxista, dice que resultó mucho mejor candidato que presidente. A diferencia de su gran popularidad inicial pronto mostró su inexperiencia política y una frivolidad desconcertante.
Al analizar la rebelión zapatista, afirma que sus justas demandas han quedado en el olvido y no hace referencia a la matanza de Acteal. Asegura que en el sexenio de Fox la clase política no apoyó la iniciativa indígena en los términos que los insurrectos pedían y el subcomandante Marcos se ha ido diluyendo como líder político, sobre todo durante 2006, año en el que se negó a avalar la campaña y las propuestas de López Obrador.
Destaca que Luis Echeverría quiso borrar el recuerdo de Tlatelolco, pero no pudo impedir la aparición de movimientos guerrilleros. Dice que también le costó trabajo luchar contra el terrorismo en las grandes ciudades, consecuencia del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971 en la capital, otro día trágico de represión a estudiantes.
Díaz Ordaz, víctima de injusta impopularidad
Como parte del capítulo México entre 1934 y 1988
, Jean Meyer menciona que Gustavo Díaz Ordaz fue víctima de una injusta impopularidad
, debida en parte a su repudio a toda demagogia.
En página y media alude al 68. En una parte refiere: En ese verano la agitación estudiantil en la ciudad de México se topó con el nerviosismo de un gobierno preocupado por la buena marcha de los Juegos Olímpicos. Unos días antes de su inauguración, un mitin estudiantil que se llevaba a cabo en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, fue acordonado por el Ejército. Hubo disparos sobre los soldados, y éstos, a su vez, abrieron fuego. Hasta la fecha no se sabe cuántos murieron: ¿50, 100, más?
La presidenta de la Academia Mexicana de Historia, Gisela Von Wobeser, reconoció ayer que se dejaron fuera muchos temas que hubieran sido de interés para los lectores y se revaloraron muchos personajes y épocas históricas que habían sido malentendidas por la historiografía tradicional, debido a las posturas ideológicas surgidas durante diversos periodos.
Así, dijo, los imperios de Iturbide y Maximiliano ya no son vistos como meros accidentes, sino como etapas de transición por las que fue necesario pasar, mientras el porfiriato se incluye porque ahí se encuentran los cimientos de muchas de nuestras instituciones.
Los otros autores son: Manuel Ceballos Ramírez, Miguel León-Portilla, José María Muriá, Von Wobeser, Alberto Manrique, Ernesto de la Torre Villar, Virginia Guedea, Josefina Zoraida Vázquez, Andrés Lira, Javier Garcíadiego y Álvaro Matute.