El periodista ofrece espectáculo musical en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
que no deben cantarse durante el bicentenario
La propuesta Música maestros... incluye una veintena de piezas de los años 50 del siglo pasado, así como aspectos políticos del México contemporáneo vistos desde la crítica y el humor
Sábado 15 de mayo de 2010, p. 3
Más que por línea o convicción, es una persona crítica por patología
, asume en tono jocoso, acorde con su personalidad, el periodista, escritor y conductor veracruzano Jorge Saldaña (Barandilla, 1931).
Y es que si algo ha caracterizado al también compositor y cantante a lo largo de su amplia trayectoria profesional es no tener pelos en la lengua y decir las cosas como son o las piensa.
Tengo el récord de censura (en México)
, comenta a propósito de las varias ocasiones que sus programas en la televisión o la radio han sido sacados del aire por el tono de sus comentarios.
“Tengo un punto de vista crítico sobre manejo de la tele. Estoy convencido de que existe la libertad de expresión en ella siempre y cuando uno lleve a sus patrocinadores, y si estos reclaman reverencia y respeto para los que los han hecho grandes, importantes empresarios, eso implica no tener libertad”.
El caso Evo Morales
Jorge Saldaña pone de ejemplo el caso del presidente de Bolivia, Evo Morales, cuya declaración de que comer pollo inducía a la homosexualidad fue la comidilla del día en la mayoría de los medios de comunicación.
Pero todos callaron lo que dijo después: que no debe beberse Coca Cola porque pudre el hígado y los dientes. Y lo callaron porque ese refresco es uno de los principales patrocinadores en la televisión.
Todo lo anterior viene a cuenta por el espectáculo musical que Jorge Saldaña presentará este sábado a las 19 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris: Música maestros: anatomía de la canción corriente, canciones que no deben ser cantadas durante el bicentenario.
Integrada por más de una veintena de canciones, se trata de una propuesta en la que, además de rendir tributo a los grandes musicales de los años 50 del siglo pasado, el polifacético creador aborda desde un punto de vista crítico y humorístico aspectos políticos del México contemporáneo.
En particular, reprueba la manera en que el gobierno federal se ha empeñado en que las efemérides del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución sean celebraciones de televisión
.
Esas conmemoraciones no deben ser una estrella más en el canal de una institución mercantil. Por eso, en el recital cantaré temas que no deben cantarse en el bicentenario
, resalta Saldaña en entrevista.
No estoy de acuerdo en que se haga demagogia con la historia de México, que haya inclusive una comisión que, en vez de propiciar un conocimiento afectivo y profundo de nuestra historia, haga simples programas de televisión y que fomente que haya carreras, campeonatos y partidos de futbol, concurso de cocina y quién sabe cuánto más con el nombre del bicentenario.
Tributo a la nostalgia
Conductor de programas clásicos de la televisión mexicana, como Sopa de letras, Nostalgia y Anatomías, Jorge Saldaña, en Música maestros... dará cuenta un poco de su “mala leche, la cual no sobra en este país, con el estreno de parodias de canciones clásicas, entre ellas Somos novios, de Armando Manzanero, a la que le cambió el título y la letra a Somos socios y en la que alude a las alianzas entre empresarios para eludir impuestos.
De igual manera, con un arreglo del chotis Madrid, de Agustín Lara, choteará del doblón de manos que dio el cantautor español Joaquín Sabina al asistir a una comida con el Felipe Calderón, luego de haber criticado duramente la realidad actual de México.
Pero como no todo en la vida es parodia ni crítica, el programa incluirá también un homenaje a la nostalgia, a la canción de mediados del siglo pasado, a esos temas que hablan directo al corazón y a la piel, temas que marcaron época, como los de Daniel Santos y Rafael Hernández.
“Son canciones que ya quisieran los cantantes de ahora acercarse a ellas. Amor perdido, Venganza y otras tantas más; finísimas canciones que proliferaron en las rocolas.”