Bangkok, 14 de mayo. La capital tailandesa se convirtió hoy nuevamente en escenario de enfrentamientos entre militares y miles de camisas rojas simpatizantes del depuesto primer ministro, Thaksin Sinawatra, que tratan de mantener su protesta en el centro de Bangkok, en demanda de la renuncia del actual jefe de gobierno, Abhisit Vejjajiva, la disolución del Parlamento y la convocatoria a nuevas elecciones.

En el segundo día continuo de refriega, los soldados presionaron a los opositores para lograr su repliegue hacia la principal avenida de la ciudad, en una operación que arrojó un saldo de 10 muertos y más de un centenar de heridos.

Con estos hechos se elevó a 40 la cifra de decesos desde que el 10 de abril comenzó la represión militar sobre los manifestantes, muchos de ellos campesinos y gente de escasos recursos que se declara beneficiada por las políticas de salud y de fomento económico de Thaksin.

En los enfrentamientos del jueves fue herido de bala el general Khattiya Sawasdipol, ex funcionario en el gobierno de Thaksin y responsable de la seguridad de los camisas rojas, cuyo estado de salud es muy grave, de acuerdo con los informes médicos difundidos este viernes. Un portavoz del ejército rechazó hoy que algún militar haya disparado contra Khattiya, de 58 años.

Los militares portaron fusiles M-16 y -según la versión oficial del Ministerio de Defensa- dispararon balas de goma sobre los opositores que desde el 14 de marzo se apostaron en la capital, en apoyo a Thaksin, quien además de haber desarrollado una carrera política es un hombre de negocios, dueño de la principal operadora de telefonía celular de Tailandia y del equipo de futbol británico Manchester City.

Desde el exilio en Londres, Thaksin, cuyo partido ganó las elecciones en 2001 y se religió en 2005, exhortó al gobierno de Abhisit a retirar las tropas del centro de Bangkok y a retomar las negociaciones con los camisas rojas, que cuentan con el apoyo de habitantes de la ciudad, a pesar de haber provocado una crisis en la industria turística.

Testigos dijeron que por la mañana de este viernes el centro de Bangkok era como una zona de guerra, con tropas desplazándose de un lado a otro, disparos de fusiles, silbidos de balas cortando el aire, columnas de humo y gas lacrimógeno en el ambiente. Con bombas molotov y piedras, los opositores trataron de contener el avance de los uniformados y lograron quemar algunos vehículos militares, además de llantas y muebles de madera.

Bajo estado de emergencia, el servicio de electricidad fue cortado hoy en el centro de Bangkok, cercado por vehículos blindados que impiden el acceso de artículos de primera necesidad. Los hoteles de cinco estrellas de la capital están cerrados desde hace varias semanas, resguardados con alambres de púas.