La oferta de servicios médicos en México es inadecuada y poco eficaz para disminuir la prevalencia de males crónicos como diabetes e hipertensión arterial, así como para prevenir sus complicaciones, aseguraron expertos de los institutos nacionales de Salud Pública y de Nutrición. Sólo a causa de la diabetes, señalaron, existen unos 2 millones de personas ciegas, con amputaciones o con insuficiencia renal.

Salvador Villalpando, director de la Vigilancia de la Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), destacó que este nivel de daño en la salud de las personas se explica por la ausencia de medidas de control y preventivas eficaces. Prueba de ello está en los resultados de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2006, según los cuales aunque 95 por ciento de las afectados recibía tratamiento médico sólo 5 por ciento tenía bajo control sus niveles de glucosa en sangre.

Además, aunque se ha demostrado y los médicos saben que el ejercicio físico y la dieta saludable son partes fundamentales de una terapia integral, sólo 8 por ciento de los entrevistados practicaba alguna actividad y 20 por ciento llevaba una alimentación sana, es decir, baja en grasas y azúcares.

Clicerio González, del Departamento de Enfermedades Crónicas del INSP, comentó que ni clínicas ni hospitales aplican medidas preventivas como la revisión oftalmológica, la cual sólo se recomienda a 7 por ciento de los pacientes en el IMSS, a 14 por ciento del Seguro Popular y 8 por ciento de quienes acuden a servicios privados.

Pese a que alrededor de 68 mil enfermos de diabetes han sufrido un infarto al miocardio, de acuerdo con los resultados de la Ensanut 2006, sólo a 6 por ciento de los derechohabientes del IMSS se le recomienda el consumo de aspirina para mejorar su circulación, uno por ciento del Seguro Popular y 4 por ciento de la medicina privada.

Los problemas de circulación que a la postre también llevan a la amputación de extremidades representan una de las complicaciones más frecuentes de la alteración de los niveles de azúcar en sangre, pero apenas entre 7 y 15 por ciento de los afectados son sometidos a revisiones de sus pies.

En cuanto a la evaluación de la función renal, se le recomienda a menos de 10 por ciento de los pacientes en los diferentes servicios de salud.

Las cifras, señaló Villalpando, reflejan una gran ineficacia sistémica que le está costando al país en términos de la pérdida de la esperanza y calidad de vida de las personas. A ello se agrega el elevado costo que pagan las instituciones para atender a estos enfermos. Para el IMSS representó una erogación superior a 40 mil millones de pesos en 2006.

Lo más grave es que desde hace tres décadas se veía el crecimiento de lo que llamó la epidemia catastrófica de diabetes. El padecimiento afecta a 14 por ciento de los mexicanos, pero de estos, la mitad se diagnosticó durante el levantamiento de la Ensanut.

El análisis de los especialistas sobre los resultados del estudio se presentó ayer en la más reciente edición de la revista Salud Pública de México que edita el INSP. Respecto a la hipertensión arterial, Simón Barquera, director de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del INSP, señaló que el padecimiento es el tercer factor de riesgo de muerte, después de la diabetes y la obesidad.

La prevalencia del padecimiento en el país es de 43.2 por ciento en las personas mayores de 20 años aunque en Sonora, Durango y Sinaloa, más de la mitad de su población padece la enfermedad. La Ensanut detectó que únicamente 16.5 por ciento de los afectados contaba con un diagnóstico previo y de estos, la mitad tenía su presión arterial controlada.

El especialista resaltó que una medida eficaz para reducir la prevalencia de la hipertensión arterial es bajar el consumo de sal en los alimentos. Para ello, la industria de alimentos juega un papel fundamental, advirtió.