El cambio climático cada vez tiene más incidencia en los fenómenos climatológicos extremos que afectan la vida económica y productiva de las zonas rurales del país, señaló Ignacio Rivera Rodríguez, funcionario de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), quien detalló que este año el seguro agrícola catastrófico (SAC) ampara a 8 millones 44 mil hectáreas y 4.1 millones de animales, particularmente bovinos.

El subsecretario detalló que las 8 millones de hectáreas (aseguradas) representan 37 por ciento de la superficie agrícola que se siembra anualmente en el país y 62 por ciento de la superficie que está en manos de productores de bajos ingresos. En torno al sector pecuario, precisó que las 4 millones de cabezas representan 10 por ciento del hato ganadero nacional y 32 por ciento del hato en manos de productores pecuarios de bajos ingresos.

En conferencia de prensa, el funcionario indicó que los seguros amparan afectaciones por sequía, helada, granizada, nevada, lluvia torrencial, inundación significativa, ciclón y tornado, pero añadió que Sagarpa ha planteado la necesidad de incorporar los riesgos geológicos, tales como terremotos, erupciones volcánicas y maremotos.

Resaltó que para este 2010 la cobertura es la más alta en la historia de operación del Programa de Atención a Contingencias Climatológicas (PACC).

Sin embargo, para algunas centrales campesinas la situación no es optimista. Juan Pablo Castañeda Lizardo, integrante de la comisión de recursos naturales y de la de contingencias climatológicas de la Central Campesina Cardenista (CCC), precisó que muchas veces las cantidades de dinero que resarcen las aseguradoras (muchas de ellas extranjeras) no alcanza a cubrir las pérdidas. A veces reparten puras migajas. Por ejemplo, para producir una hectárea de frijol se requiere invertir entre 3 y 5 mil pesos, pero pagan poco más de 700 pesos por hectárea.

Apuntó que restan mucho terreno y cultivos por resguardar con estos seguros. Consideramos que la superficie cultivada amparada es de 40 por ciento y son principalmente los cultivos más representativos los que se meten en la póliza de seguro.

Además resaltó que los gobiernos estatales suelen dar uso político a los recursos. El dinero lo paga la aseguradora al gobierno del estado, no al productor, y éste, con base en el padrón de afectados, hace el pago. A veces se mezcla con tintes políticos y terminan recibiendo no sólo los afectados, lo que pulveriza el recurso. En cuanto a los seguros ganaderos, acotó que suele ser muy engorroso el reclamo y los campesinos terminan desistiendo.

Rodríguez Rivera detalló que con el SAC se protege a alrededor de 3.2 millones de productores de bajos ingresos, esto es, con superficies menores de 20 hectáreas y hasta 20 cabezas y agregó que en este año el gobierno aportó mil millones de pesos para las primas del seguro, de los cuales 50 millones son de Agroasemex, y los estados erogaron 148.7 millones.

En esta edición del SAC, se mantiene la protección a cultivos de maíz, frijol, sorgo, cebada, café y plátano, entre otros, y se incorporaron a la cobertura siete cultivos: aguacate, cacao, guayaba, cártamo, coco, papaya y caña.