Consultas médicas de 10 minutos para personas que se inician en el consumo de drogas pueden reducir hasta en 30 por ciento el riesgo de adicción, siempre que se garantice el respeto a los derechos humanos y se deje de considerar a la enfermedad como una falla moral, advirtió María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente.

Resaltó que los jóvenes que no estudian y tampoco trabajan tienen mayor riesgo de iniciarse en el consumo de drogas, sobre todo entre los 12 y 17 años de edad. La especialista dictó una conferencia en la Academia Nacional de Medicina, donde también indicó que existe una relación entre las adicciones y enfermedades mentales, como la ansiedad.

Explicó que en el caso de las mujeres con algún trastorno de este tipo existe un riesgo siete veces mayor de desarrollar dependencia a algún enervante con respecto a la población sana. En los hombres este riesgo se triplica.

De acuerdo con las estadísticas más recientes la mitad de los adictos tienen este tipo de comorbilidad. Una alternativa es ofrecer atención de salud mental desde la infancia y así disminuir la posibilidad de que evolucionen a una adicción.

Llamó la atención sobre consolidar las estrategias preventivas, principalmente en los sectores de alto riesgo, así como fortalecer las acciones para controlar la venta de inhalables, los cuales son usados como drogas por los niños.

La especialista propuso consolidar el sistema nacional de tratamiento mediante la atención en el consultorio médico, porque las intervenciones breves de 10 minutos pueden tener hasta 30 por ciento de impacto positivo en pacientes que empiezan a consumir drogas y para ello se requiere capacitar al personal médico y de enfermería.

Otros modelos de bajo costo y alta efectividad son el tratamiento de entre cuatro y nueve sesiones para los consumidores de inicio, aunque también reconoció que se debe trabajar mucho más para que los mensajes lleguen a los jóvenes.

Medina Mora comentó que también se requiere ampliar el tratamiento para los dependientes severos como un mecanismo para reducir la violencia asociada al consumo de sustancias ilegales.

Respecto a la mariguana, la especialista advirtió que su uso es dañino para la salud. Además, la dependencia a largo plazo tiene efectos que interfieren en el desarrollo del adolescente, pues disminuye su desempeño escolar y aumenta la deserción. Su uso frecuente se asocia con depresión, sicosis, cáncer y otras enfermedades.

En su exposición, Medina Mora hizo referencia a un estudio realizado entre estudiantes mexicanos, el cual encontró que quienes han consumido mariguana durante dos años o más y por lo menos dos veces por semana, no tienen alteraciones cognitivas severas, pero sí déficit en las habilidades de atención y memoria.