El pueblo estadunidense no volverá a pagar por los errores de Wall Street, afirma
El gobierno tendrá más facultades para tomar el control de instituciones en riesgo de quebrar
Jueves 22 de julio de 2010, p. 29
Washington, 21 de julio. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo historia este miércoles al promulgar la mayor reforma financiera desde la gran depresión y se comprometió a que no habrá más rescates para Wall Street financiados por los contribuyentes.
Con la nueva legislación se busca evitar que se repita una crisis devastadora como la que puso a Estados Unidos al borde del colapso y desencadenó el comienzo de la recesión global.
La ley, que algunos republicanos se han comprometido a revertir, introduce nuevas medidas de protección para los consumidores, reduce el poder de los grandes bancos y ataca prácticas engañosas por parte de las empresas de tarjetas de crédito.
Debido a esta ley, el pueblo estadunidense jamás volverá a pagar por los errores de Wall Street. No habrá más rescates con dinero de los contribuyentes
, prometió Obama al firmar la reforma, aprobada hace menos de una semana en el Senado tras una larga lucha, en lo que se considera su mayor éxito en política interna junto con la reforma sanitaria.
Con el fin de restaurar la confianza de los estadunidenses en su liderazgo económico en tiempos en que el desempleo roza el 10 por ciento, Obama dijo que la ley reparará las fracturas y abusos debido a los cuales se generó la crisis financiera.
Fue una crisis nacida de la ausencia de responsabilidades, desde ciertos rincones de Wall Street hasta los salones de poder en Washington
, dijo el presidente. Estas reformas representan las más fuertes salvaguardas de la historia para el consumidor
, agregó el mandatario en la ceremonia antes de promulgar la legislación aprobada por el Congreso la semana pasada.
Estas salvaguardas serán ejercidas por un nuevo protector del consumidor con una única tarea: vigilar en favor del pueblo, no de los grandes bancos, no de los prestamistas, no de los fondos de inversión, el sistema financiero.
La ley busca detener las actitudes de riesgo en Wall Street que ayudaron a desatar la crisis financiera global y también se enfoca en fortalecer la protección del consumidor frente a los productos financieros.
Para ello prevé la creación de un consejo regulador, compuesto por 10 miembros, que dependerá del Departamento del Tesoro y que debe advertir de los posibles riesgos del sistema financiero.
El gobierno recibirá, además, nuevas facultades para tomar el control de instituciones financieras que estén en situación de quiebra. Las autoridades reguladoras tendrán más facultades para escindir en divisiones más pequeñas las grandes instituciones financieras que pongan en peligro el sistema financiero. También se regulará el uso que los bancos hacen de los instrumentos financieros más complejos y riesgosos.
Obama, que ha estado bajo fuego por los rescates bancarios que comenzaron en el mandato del presidente republicano George W. Bush, dijo que las cláusulas de la ley dejan en claro que ninguna empresa está protegida por ser considerada demasiado grande para quebrar
, como sucedió con AIG durante la peor parte de la crisis.
El mandatario estadunidense habló ante unas 400 personas en el edificio Ronald Reagan, cerca de la Casa Blanca, y entre los asistentes se encontraban banqueros de Wall Street, personas afectadas por la crisis financiera de 2007-2009 y legisladores.
La ley atravesó las aguas del Congreso con el apoyo de un puñado de votos republicanos, ya que los opositores no cejan en sus intentos por bloquear las reformas de Barack Obama. Líderes republicanos condenaron la nueva ley, afirmando que minará el crecimiento económico y atenazará la capacidad de acción de los gigantes financieros estadunidenses.
La medida ha generado críticas y elogios entre economistas y analistas, pero algunos republicanos planean revertirla, como el líder en la Cámara de Representantes, John Boehner. La ley debe ser rechazada
y remplazada con medidas de sentido común que podemos hacer para tapar los agujeros en el sistema regulatorio
, afirmó.