Al menospreciar la importancia que tiene el sector científico, el gobierno mexicano está condenando al país a postergar su desarrollo varias décadas más, al tiempo que desperdicia el talento de miles de estudiantes, advirtió el doctor Alfredo Macías, coordinador del cuarto Encuentro en México de Matemáticas y Física Experimental.

En entrevista con La Jornada, el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM), hizo un balance de dicho foro, cuyas actividades terminarán este viernes en El Colegio Nacional, y subrayó la necesidad de que México comience a romper el círculo de subdesarrollo al invertir en sus científicos jóvenes.

No hay ningún otro acto en el país que permita a los muchachos encontrarse con algunos de los mejores especialistas del mundo y conocer de primera mano sus investigaciones, lo que eventualmente puede animarlos a capacitarse mejor, consideró el físico.

Una de las prioridades del sector es justamente ésa: enviar a la mayor cantidad de jóvenes a estudiar al extranjero, y después traerlos de vuelta, como han hecho naciones que en su momento también padecieron de estancamiento tecnológico y de conocimientos, como España.

El obstáculo para lograrlo, deploró Macías, es el escaso fondo presupuestal que el gobierno dedicó al rubro en 2010 –alrededor de 42 mil millones de dólares–, lo que impedirá a varios alumnos de doctorado y posdoctorado salir a capacitarse en otros países.

Ésa fue la clave del desarrollo de los españoles. Aun cuando ellos tenía una dictadura y padecían una situación de atraso, incluso peor que la nuestra, después tuvieron un cambio político y se dieron cuenta de que la inercia y la energía de los jóvenes es muy importante, dijo.

Mientras México dedicó sólo 0.34 por ciento de su producto interno bruto (PIB) a ciencia y tecnología, hay países que desde hace décadas han invertido hasta 3 por ciento en dicho rubro, como Japón e incluso algunos latinoamericanos, entre ellos Cuba, Chile, Argentina y Brasil.

Otro problema, detalló Macías, es que los pocos jóvenes mexicanos que realizan estudios avanzados en ciencia y quieren regresar al país no pueden hacerlo porque aquí no hay plazas de trabajo adecuadas a su grado de capacitación.

Ojalá que los políticos se dieran cuenta de que la inversión en estos temas no es una necedad, sino una necesidad. Si no permitimos a nuestros jóvenes que tomen el liderazgo, los estamos castrando, y postergamos el desarrollo del país, alertó.

Para revertir esta situación, es importante que haya programas de estímulo desde la educación básica, que actualmente es uno de los eslabones más débiles de la cadena.

Cuando vamos a las preparatorias a platicar con los muchachos de cuestiones interesantes y novedosas, siempre tenemos auditorios llenos. Si hacemos este trabajo de forma cotidiana, tendríamos mucho éxito, porque la motivación puede vencer muchas carencias materiales, afirmó.