La Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) solicitó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) información adicional con los aspectos técnicos, científicos y económicos del anteproyecto que busca regular el tipo de alimentos y bebidas que se venderán en escuelas de nivel básico. Aunque el organismo dice estar de acuerdo con la propuesta, también solicita valorar si es posible lograr los objetivos de reducir el sobrepeso y la obesidad que afecta a los niños, a un menor costo para particulares.

Luego de 42 días de consulta pública, en la que el organismo recibió 860 comentarios, ayer emitió un dictamen preliminar, en el cual reconoce que existe una problemática importante en el país por el exceso de peso corporal, cuya magnitud representa un importante riesgo para la salud de la población, para el sistema sanitario nacional y para la actividad económica.

Señala que los lineamientos propuestos por la SEP pueden ayudar a reducir el problema de la obesidad, aunque también plantea una serie de comentarios y recomendaciones a fin de brindar una mejor comprensión y mayor transparencia en su aplicación, así como reducir en la medida de lo posible los costos de cumplimiento que suponen para los particulares, todo ello sin comprometer el objetivo de la regulación propuesta.

En 43 hojas, la Cofemer presentó un recuento pormenorizado del contenido del anteproyecto y los comentarios recibidos tanto de la industria como de organizaciones académicas, entidades gubernamentales y personas en lo individual.

La comisión cuestiona el uso de términos como alimentos de bajo o nulo valor nutricional, alimentos y bebidas no saludables, bebidas permitidas, entre otros, con base en los señalamientos que hizo el Consejo Coordinador Empresarial, y le recomienda que los evite porque atribuyen alguna condición negativa o positiva a los productos.

El organismo dependiente de la Secretaría de Economía también menciona la referencia a la jarra del buen beber, guía que ilustra la recomendación de bebidas saludables, pero no forma parte de alguna normatividad.

Tampoco es una referencia de carácter obligatorio ni es un mecanismo que tenga el consenso de la comunidad científica. Solicitó a la SEP aportar los elementos técnicos para la incorporación del término, así como los efectos esperados de su aplicación.

En relación con la pretensión de las autoridades federales de eliminar el consumo de azúcar entre los menores, contenida en exceso en refrescos y golosinas, la Cofemer solicitó las razones técnicas que sustenten esta pretensión y recomendó valorar otras alternativas como el establecimiento de un nivel máximo del dulce en alimentos y bebidas, dando prioridad al objetivo de limitar la densidad energética y contenido calórico que aportan.

Sobre el concepto alimentos no permitidos, indicó que pudiera parecer poco claro porque existe gran cantidad de productos que podrían generar obesidad en función del exceso en su consumo, sin que por ello incumplan con las características de una dieta correcta. Por ello solicitó modificar el término por otro que pondere las características técnicas y nutrimentales de los alimentos cuya venta en escuelas estará prohibida.

En cuanto a las bebidas no permitidas, pidió a la SEP presentar las razones por las que no deben ofrecer líquidos que contengan cafeína, azúcares añadidos ni edulcorantes artificiales, sobre todo porque la Secretaría de Salud (Ssa) tiene autorizado el consumo de esos productos.

Ahora toca a la SEP, con el apoyo de la Ssa, responder a los comentarios y recomendaciones de la Cofemer, la que después emitirá un dictamen final sobre el anteproyecto. De acuerdo con el plan original, los lineamientos se aplicarán en las escuelas de prescolar, primaria y secundaria, públicas y privadas, y entrarán en vigor en el ciclo escolar que se inicia el próximo 23 de agosto.