Moscú, 31 de julio. En lo que se perfila ya como la mayor catástrofe natural de los últimos 40 años, un tercio de las entidades que forman la Federación Rusa decretaron este sábado el estado de emergencia por los devastadores incendios forestales, que afectan en este momento casi 122 mil hectáreas en las regiones del Volga, los Urales y el centro de este país.

Desde que comenzó este verano se registraron 23 mil focos de incendios forestales en una superficie de 404 mil hectáreas, informó hoy el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso.

El problema se agravó en la segunda quincena de julio, que ha sido el mes más caluroso en 130 años de mediciones meteorológicas en Rusia, sin una gota de lluvia y con inusuales temperaturas cercanas a los 40 grados en Moscú y muchas otras ciudades.

La sequía, además, afecta grandes extensiones de tierras de cultivo y tiene al borde de la quiebra a miles de agricultores que nada pueden hacer para impedir que se arruinen sus cosechas.

De acuerdo con datos preliminares oficiales, en las últimas 24 horas los incendios causaron 28 víctimas mortales y cientos de heridos, así como miles de damnificados y desplazados.

En Nizhni Novgorod y Voronezh, las entidades hasta ahora más dañadas, aldeas enteras fueron arrasadas por el fuego, que se acerca peligrosamente a otros 200 poblados, cuyos habitantes, miles de personas, tuvieron que ser desalojados este sábado en las regiones de Mordovia, Lipetsk, Samara, Riazán, Tatarstán y Vladimir.

Ante la magnitud del desastre, casi 240 mil personas –entre bomberos, efectivos de protección civil y soldados– participan en las labores de extinción, así como de apoyo a la población.

Es una verdadera catástrofe natural que sólo ocurre cada 30 o 40 años, resumió hoy el presidente Dimitri Medvediev al recibir en su residencia veraniega de Sochi al ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, según imágenes difundidas por los noticiarios de la televisión local.

Todas las fuerzas de las que disponemos, todos los equipos y destacamentos de bomberos están participando plenamente (en la lucha contra las llamas), en coordinación con el Ministerio de Situaciones de Emergencia, reportó.

En el juego de mensajes cifrados que rodea al Ejecutivo bicéfalo que gobierna Rusia, llama mucho la atención el protagonismo que, en el contexto de esta catástrofe natural, está adquiriendo el primer ministro Vladimir Putin, en detrimento de la imagen del presidente Medvediev.

Y no se trata de determinar quien tiene más poder efectivo, sino quién de ellos será candidato en las presidenciales de 2012.

Por lo pronto, mientras se vio hoy a Medvediev despachar desde un balneario del Mar Negro –lejos del calor sofocante, humo y olor a quemado que desde hace días se padece en la capital rusa–, Putin visitó el viernes Nizhni Novgorod, donde repartió promesas entre los damnificados y convocó a los gobernadores de las regiones afectadas por los incendios a una reunión en Moscú, el próximo lunes, para evaluar la situación.

Putin también celebró este sábado una videoconferencia con funcionarios regionales y damnificados, durante la cual reiteró su ofrecimiento de que cada una de las mil 273 familias que a la fecha se quedaron sin techo, recibirán una compensación o una casa nueva antes del próximo octubre.

No todo se hizo a tiempo ni en el volumen necesario, pero ahora no es momento de buscar culpables, dijo Putin ante las crecientes críticas sobre los fallos de las autoridades de las regiones en materia de prevención.

Para el primer ministro, nada es más importante ahora que reconstruir cuanto antes las casas arrasadas por el fuego.