En 20 días, 5 casas derrumbadas: vecinos

Sábado 25 de septiembre de 2010, p. 32
Tzintul, Chis., 24 de septiembre. Desde el 4 de septiembre cuando, sin que aún se sepan las causas, se comenzaron a formar grietas de varios metros de profundidad en esta comunidad del municipio de Teopisca, en los Altos de Chiapas, cinco viviendas se han derrumbado, 22 han quedado inservibles y las cuarteaduras han afectado pisos y paredes en otras, por lo que unas 80 familias viven en la zozobra y duermen en los corredores de sus viviendas.
“Las casas se están derrumbado, los terrenos se cuartean y ya destruyeron los cultivos de maíz; cada vez que llueve, como anoche, la tierra se mueve y los postes de luz están de lado; no queremos que la tierra nos trague vivos”, dijo Diega López López.
La primera casa que se derrumbó la madrugada del 4 de septiembre fue la de Modesto Pérez Ruiz y luego la de su madre, Guadalupe Ruiz Díaz, que estaba al lado. “Aquí vivió mi papá y hace seis meses que murió me dijo: ‘Te encargo la casa, me la cuidas’, y ahora qué cuentas le voy a entregar”, dijo llorando.
“De repente nos vino este castigo, a saber por qué. Aquí era bonito, plano, pero ahora por todos lados hay zanjas y hundimientos; mi casa se acabó en un momento. Treinta y un años hace que construimos esta vivienda y nunca había pasado algo igual”, agregó.
Modesto aseguró que cada día se extienden las grietas y no hay casa –la mayoría hechas de adobe– que no esté afectada, lo mismo que los cultivos de maíz y los cafetales que se han destruido. “Esta madrugada se derrumbó un roble de 30 metros cerca de una casa, y a cada rato se escuchan ruidos de hundimientos o de cuando se abre la tierra”, señaló.
Algunos habitantes han colocado palos y tablas en las zanjas para evitar que caigan los niños o sus pollos y gallinas, pero con los días las grietas se vuelven más hondas y anchas. “Toda la gente está asustada y teme que se la vaya a tragar la tierra”, aseveró Aurelio Arizmendi Hernández; no obstante, algunas personas duermen en sus casas con las paredes y pisos cuarteados. Tres familias ya abandonaron la comunidad.
“Lo más triste es que llevamos tres semanas en esta incertidumbre y las autoridades no nos han dado apoyo; la semana pasada vinieron y dijeron que nos iban a traer agua embotellada y despensas, pero nada”, dijo.
“Queremos que las autoridades nos reubiquen, pues ya no será posible habitar ni trabajar en esta comunidad de 160 hectáreas. ¿Cómo vamos a parar una casa así?”, agregó. “Lo peor es que no tenemos dinero, porque somos muy pobres; no tenemos a dónde ni cómo irnos”, abundó.
Tziltul es una comunidad marginada, ubicada a 50 kilómetros de San Cristóbal de las Casas. Sus habitantes no cuentan con agua entubada, drenaje ni letrinas.