La Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoció que la relación del gobierno de Jalisco con la Universidad de Guadalajara (UdeG) presentan un estado de tensión preocupante. Indicó que la prolongación o desbordamiento de las actuales circunstancias pueden tener consecuencias en el sistema de educación superior pública.

En un comunicado resaltó que con respeto absoluto a la soberanía del estado y a la autonomía de la UdeG, es posible transitar por mecanismos de diálogo y encontrar una solución, cuyo punto de partida reside en la buena disposición del gobernador, Emilio González Márquez, y del rector, Marco Antonio Cortés Guajardo. Aceptó que la causa del desencuentro es de carácter financiero.

Las diferencias en el financiamiento de las universidades públicas estatales tienen su origen en acuerdos históricos entre el gobierno federal y las autoridades de los estados. Cualquier modificación a la aportación federal debe ser aprobada por el Congreso de la Unión y/o la Secretaría de Hacienda.

En el caso de la UdeG, explicó, la aportación original era de 52 por ciento de origen federal y 48 estatal. Pero, en el año 2000, el Legislativo estatal promovió una iniciativa la cual obliga al gobernador a considerar en el Presupuesto el incremento de recursos por un importe de 120 millones de pesos a partir de 2001 y acumulable hasta 2006.