Aunque el país tiene problemas muy graves –algunos históricos, entre ellos la pobreza y la desigualdad, y otros transitorios, como la inseguridad y el narcotráfico–, no es un Estado fallido, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

Negó que para enfrentar con éxito el problema del narcotráfico y la delincuencia organizada sea necesario declarar el estado de excepción en entidades como Chihuahua, Nuevo León o Tamaulipas, donde la criminalidad se ha agravado.

Al contrario, lo que tenemos que preservar son las garantías individuales fundamentales. Tenemos que asegurar que los mexicanos en esas entidades y en todo el país tengan el respeto a los valores básicos, a la vida, a la libertad, a la democracia, al libre tránsito. Hay que tomar medidas mucho mas profundas, mucho más de contenido social que únicamente de fuerza. Sin la fuerza no se va a poder, estoy convencido, pero tampoco se va a poder con la aplicación sola de la fuerza pública, sostuvo.

Entrevistado luego de encabezar la ceremonia de firma de un convenio para la creación del Museo de las Constituciones –en el ex templo de San Pedro y San Pablo, en San Ildefonso y la calle del Carmen, en el Centro Histórico, anterior sede del Museo de la Luz–, el rector advirtió que estos problemas, los históricos y los transitorios, no serán resueltos de la noche a la mañana. Tampoco con una varita mágica o una receta mágica milagrosa. Vamos a tener que trabajar intensamente.

Narro destacó que en el país muchas personas han insistido en la necesidad de ajustar el modelo de desarrollo, que no tienen la menor duda sobre el futuro y el derrotero que debiera seguir el país.

Enormes capacidades

Lo anterior, agregó, pasa por resolver el problema de la pobreza y la desigualdad, así como por brindar mayores oportunidades de educación, por preservar los valores en esta sociedad y atender a los grupos prioritarios que están siendo afectados, como los jóvenes.

“México es un Estado nacional, que tiene problemas, sí; los tiene en distintas partes, algunos en sus estructuras de gobierno, otros en sus condiciones sociales, otros más dentro de la misma estructura de la sociedad, en el propio comportamiento de los ciudadanos… pero de ninguna manera se trata de un Estado fallido; es un Estado nación lleno de cosas maravillosas, de historia fantástica, de enormes capacidades y de un gran vigor”, dijo.