Senadores de PRI, PRD y PT expresaron que el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, perdió la compostura durante su comparecencia en San Lázaro, porque no puede explicar lo inexplicable, las irregularidades en el manejo de los fondos públicos destinados a un festejo superficial del bicentenario de la Independencia.

A su vez, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y especialistas del sistema educativo aseguraron que las descalificaciones hacia Lujambio por la falta de transparencia en el manejo de los recursos multimillonarios destinados al festejo del bicentenario, son resultado de haber asumido una papa caliente sin tener un programa, ni claridad de lo que hacía.

El senador priísta Francisco Arroyo dijo que respaldan a los diputados de su partido, para que se aclare la triangulación de recursos y los contratos sin licitación, todo un cochinero del que algunos se beneficiaron. El perredista Carlos Sotelo consideró que es de los peores titulares que la SEP ha tenido y se quedó corto el calificativo de “secretario nini”.

El resultado de las auditorías, recalcó Arroyo Vieyra, va a sacar a relucir cosas que nos van poner los pelos de punta, porque la triangulación de contratos con Turissste, mediante la cual pudieron asignar contratos directamente sin concurso, es un escándalo de proporciones pantagruélicas y ahí van a salir cosas muy feas. Entiendo que Lujambio debe estar muy molesto e identifico su estrés con tratar de explicar lo inexplicable”.

Igualmente, el coordinador del PT en el Senado, Ricardo Monreal, consideró que debe haber un seguimiento puntual de los gastos exorbitantes del gobierno federal para los actos que se llevaron a cabo con motivo de los 200 años de la Independencia, toda vez que es obvio que hubo corrupción y malos manejos.

Sotelo recalcó que Lujambio tiró por la borda el prestigio que se construyó cuando fue consejero del IFE y se está mostrando como lo que es, parte de una camarilla de poder, que privilegia proyectos personales y de grupo sobre los intereses de las mayorías.

Al respecto, Hugo Casanova, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, destacó que tras los señalamientos de diputados integrantes de la Comisión Especial de Seguimiento al Gasto en las Actividades del Bicentenario, quienes llamaron al funcionario federal “secretario ni ni” por su falta de respuestas precisas, consideró que son los riesgos que se corrieron al depositar en la SEP la responsabilidad de los festejos

Destacó que la conducción de la política educativa del país demanda atender muchas tareas, y si a esto se le suma organizar un festejo, a quien se afecta en realidad es a la educación. Sin embargo, precisó que los resultados obtenidos por Lujambio también son consecuencia de un mal cálculo político, al aceptar esta comisión. Quizá se pensó que esto podría beneficiar la visibilidad de la secretaría, que no necesariamente de la educación, y fue un cálculo fallido.

En tanto, Pedro Ramírez Vázquez, dirigente del magisterio democrático del Valle de México de la sección 36, afirmó que no es una sorpresa que no se pueda transparentar con detalle cómo se gastaron más de 2 mil 900 millones de pesos, porque no hay forma de ocultar que fue un grave despilfarro. Lujambio abordó esta importante responsabilidad sin ninguna claridad, porque carece de una visión histórica de lo que representan para México los movimiento de Independencia y Revolución.

Roberto Rodríguez, catedrático del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, indicó que el secretario de Educación Pública agarró una papa caliente, porque hubo comisiones, responsables, delegados y en el último minuto se sumó a estas actividades.

José González Figueroa, fundador de la CNTE, aseguró que “tener un secretario nini no puede más que llevarmos a una profunda reflexión sobre el deterioro del sistema educativo, lo que muestra claramente a qué personajes se les otorga la enorme responsabilidad de encabezar la educación”.