Madrid, 6 de oviembre. Joseph Ratzinger criticó hoy el secularismo y la laicidad de la España actual, que comparó además con el espíritu civil que prevaleció en el periodo de la Segunda República, antesala de la guerra civil (1936-1939) en la que la Iglesia católica tuvo un papel activo de apoyo y colaboración con los alzados fascistas. Al margen de las manifestación de rechazo a su visita en Santiago de Compostela y Barcelona, en la comitiva había cierta decepción por el escaso público, pues el Papa fue recibido con calles semidesiertas y hoteles a 75 por ciento de su capacidad.

Las primeras palabras de Benedicto XVI, lejos de conciliar ahondaron en el enfrentamiento que mantiene con el gobierno español desde que asumió el poder el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que se debe a tres cuestiones: la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, la reforma de la legislación en materia de investigación científica, que permite entre profundizar en el conocimiento de las células madre para encontrar remedios a enfermedades degenerativa, y la ampliación de la ley del aborto, que dota de más seguridad jurídica a la mujer.

En el avión que lo trasladaba de Roma a Santiago de Compostela, donde el discurso oficial advertía que iba en calidad de peregrino, Ratzinger afirmó ante periodistas que el problema del secularismo y la laicidad de Occidente tiene en España uno de sus epicentros. Hay un desencuentro, un choque... España siempre fue un país generador de fe, el renacimiento del catolicismo en la época moderna se produce sobre todo gracias a España, donde figuras como San Ignacio, Santa Teresa o San Juan de la Cruz dan forma a la fisonomía del catolicismo moderno. Pero es también verdad que en España nació una laicidad, un anticlericalismo y un secularismo fuerte y agresivo, como vimos durante los años 30.

Y añadió que esa disputa, o mejor este choque entre fe y modernidad, ambas muy vivaces, tiene lugar de nuevo hoy en España. Por eso el futuro de la fe y el encuentro, ¡y no el desencuentro!, entre fe y laicismo tienen su punto central en la cultura española.

Ésta es la primera visita papal en la que se expresa en las calles el malestar ciudadano por el costo de su presencia. Uno de los más críticos fue el dirigente de Izquierda Unida Cayo Lara, quien acusó al Ejecutivo de ponerse de rodillas ante Ratzinger, al aportar anualmente a la Iglesia casi 10 mil millones de euros por todos los conceptos y sólo de las aportaciones directas del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas recibe 265 millones al año.

Dos manifestaciones convocadas hoy, en Santiago y en Barcelona, transcurrieron sin incidentes.