Callamos por temor al qué dirán
Viernes 26 de noviembre de 2010, p. 40
No me duermo porque si me duermo mi papá te pega
, respondió una pequeña de dos años a su mamá cuando le pidió que se fuera a acostar. Otras veces, al escucharla pelear con su esposo le suplicaba que ya no le dijera nada.
Rubí es una de las miles de mujeres que reciben el seguro contra la violencia, y narró su historia ante otras mujeres que forman parte de este programa, reunidas en el patio del asilo Concepción Béistigui: Tenemos miedo de hablar de nuestra vida, de nuestros problemas, por temor a qué va a decir la gente
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Señaló que la mayoría cree que tiene al marido perfecto, al padre ideal, y por eso empiezan a justificar las agresiones físicas y verbales. Pensamos: me quiere, no le gusta que tenga amigos, que salga. Poco a poco nos van quitando la libertad de elegir libremente.
Lamentó que no se den cuenta del daño que hacen a sus hijos. Cuántas veces creemos que porque están chiquitos no se dan cuenta de lo que pasa.
Hace seis meses decidió salir de su casa sin sus dos hijas. “Mucha gente me critica y me dice ‘cómo te saliste sin ellas’, pero yo estaba en peligro, ellas no.!
Comenta que cuando salió llamó a Locatel y la enviaron a un albergue, que no le sirvió porque era para adultos mayores. Luego fue al Instituto de las Mujeres, donde le dijeron que tenía que pedir cita para poder atenderla.
Más de una de las presentes asintió con la cabeza.