Al menos 90 por ciento de las mujeres que denuncian ser víctimas de violencia terminan por otorgar el perdón a sus presuntos agresores, además de que entre 70 y 80 por ciento no acude a ratificar la querella, señalaron autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

Al presentar al presunto homicida de una mujer, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado martes en el perímetro de la delegación Tlalpan y cuyo asesino resultó ser su pareja sentimental, el fiscal de la PGJDF en la citada demarcación, Víctor Manuel Espinosa Barrasa, dijo que éste es un problema que padecemos cotidianamente, generado por la falta de una cultura de la denuncia.

Insistimos a todas las mujeres, primero, que denuncien, pero sobre todo, cuando tenemos al detenido, que traten de no otorgarles el perdón, otro problema, agregó, es que cuando presentan la querella, no regresan a ratificarla y/o no se presentan con el sicólogo para el dictamen.

Este fue el caso de Daniela Natalia Sánchez Hernández, quien en julio pasado denunció a su pareja, José Antonio Salinas Caballero, por lesiones y amenazas, pero no ratificó la acusación, aunque se giró orden de localización contra él, pero en esa ocasión no se logró su presentación, según el funcionario, por la falta de ratificación y de dictamen sicológico, además de que no proporcionó la dirección del agresor.

El cadáver de la mujer de 26 años fue encontrado en la calle Tixcocob, colonia Pedregal de San Nicolás, cuarta sección, delegación Tlalpan, y al comenzar la investigación, familiares de la víctima declararon que ésta mantenía una relación amorosa con Salinas Caballero, quien fue la última persona con quien se le vio.

La policía de investigación detuvo al sospechoso dos días después, cuando circulaba en un vehículo de alquiler Chevrolet tipo Corsa, placas B29336. Ante el Ministerio Público el hombre confesó que mató a la mujer en su taxi al aplicarle la llave china.

Espinosa señaló que en su declaración Salinas Caballero narró que el día de los hechos fue por Daniela al banco en el que trabajaba como cajera y que se dirigieron a un restaurante a cenar, sin embargo, él no tenía suficiente dinero para pagar una comida corrida, y sólo pudieron comer chicharrón preparado.

Esto ocasionó una fuerte discusión entre ambos, al grado de que forcejaron y para aplacarla, el presunto homicida la sujetó con el brazo en el cuello hasta que sintió que se desvanecía. El implicado agregó que circuló con el cadáver y lo abandonó al pasar por un lugar solitario.