Jueves 20 de enero de 2011, p. 24
MOSCU, 19 de ENERO. El funcionario de mayor rango dentro de la policía rusa que desde hace cinco años, en función de su cargo, debía combatir a la mafia en el espacio de la antigua Unión Soviética resultó ser un corrupto.
El general Aleksandr Bokov, director de la oficina de coordinación de la lucha contra la delincuencia organizada y otros tipos de crímenes peligrosos en el territorio de la Comunidad de Estados Independenientes (organización fundada por las repúblicas exsoviéticas), fue detenido esta madrugada, junto con tres cómplices suyos.
Se les acusa de estafar a un empresario por 46 millones de dólares, de extorsionar al presidente de un banco por 35 millones de dólares y de robar 10 millones de dólares al director de una compañía de transporte, entre otros delitos.
Con el dinero ilícito adquirían bienes raíces en las afueras de Moscú, Chipre y Gran Bretaña, reportaron las agencias noticiosas rusas, que destacan que el principal detenido se consideraba hombre cercano al titular de la cartera del Interior, Rashid Nurgaliyev.
Según el vocero del Comité de Investigaciones, Vladimir Markin, Bokov había prometido ayudar
al empresario estafado a conseguir el paquete de control de un importante consorcio y solicitó por ese servicio
46 millones de dólares. Tras recibir, en 2006, un anticipo de 4 millones y medio de dólares, no movió un dedo.
No se excluye que en los próximos días aparezcan más funcionarios de la policía imputados, por cuanto el general era la figura visible de una vasta red de complicidades y favores.
La detención de Bokov, a manos de los servicios secretos, es un nuevo capítulo de la ya larga lucha por el poder entre el Ministerio del Interior y el Servicio Federal de Seguridad.