El miércoles pasado se efectuó la segunda mesa de reflexión de la situación actual de la industria del cine mexicano, dentro del Cine Capital Festival Internacional de Cine en la Ciudad de México (FICCMéxico), la cual se tituló ¿Qué alternativas de exhibición se necesitan para la ciudad de México? Una de las propuestas que surgieron fue la creación de políticas públicas que permitan difundir y exhibir cine nacional.

Participaron Luis Kelly, ex director del Instituto Mexicano de Cinematografía; Simón Bross, socio de Cinemágico; Benjamín González, presidente de la Federación de Cineclubs; Lorenza Manrique, de Procine DF, y Guillermo Vega, de la Organización de Consumidores de Cine y Televisión. Como moderador estuvo Jorge Sánchez, director de la Casa del Cine.

Lorenza Manrique, de Procine DF, señaló que una alternativa para exhibir cine nacional es crear redes de salas y regular la tecnología libre.

Por su parte, Guillermo Vega enfatizó que el cine es un bien cultural que se debe promover por la preservación de la identidad, y que debe ser protegido por el Estado.

Indicó que la excusa para no exhibir cine mexicano es que no se ve; sin embargo, no hay igualdad en la competencia, el cine nacional siempre está en desventaja, pese a que es un arte que se debe disfrutar de manera colectiva.

El también periodista retomó la propuesta de crear salas especializadas para cine nacional, lo que permitirá que el público se acerque y conozca su historia cinematográfica; otra alternativa fue la creación de cinetecas en la República mexicana.

Simón Bross, quien representó a exhibidores, coincidió en los puntos mencionados por el panel, y agregó que la piratería también ha sido un arma de doble filo, ya que ha permitido que el cine nacional llegue a más público.

Reconoció que todo cineasta busca que su trabajo sea exhibido, y crear salas para cine nacional también abriría la puerta para rescatar la cultura y a la remasterización, nueva fuente de inversión.

Luis Kelly puntualizó que debido al surgimiento de nuevas tecnologías hay formas más amigables de crear cine.

Finalmente, algunas de las conclusiones fueron: debe haber políticas públicas eficientes, así como redes de salas para exhibición de cine nacional, lo cual permitirá que los espectadores vuelvan a consumir su cine.